Una hernia inguinal es un defecto de la pared abdominal en la región inguinal a través de la cual puede salir alguna víscera como, por ejemplo, una parte del intestino.

¿Cómo identificar una hernia inguinal?

Esta enfermedad se manifiesta como una masa palpable en la zona inguinal, que puede ser dolorosa y que se hace evidente, generalmente, cuando la persona tose, estornuda, se agacha o realiza algún tipo de esfuerzo físico que aumente la presión abdominal. En algunas ocasiones la hernia puede existir, pero sin presentar síntomas.

Las hernias inguinales se producen por una debilidad de la pared abdominal como consecuencia de un defecto de las fibras de colágeno, y se relacionan principalmente con la obesidad, el tabaquismo o el esfuerzo físico que aumenta la presión abdominal.

Este tipo de hernias es más frecuente en hombres: por cada cuatro hombres que presentan una hernia inguinal, hay una mujer. En los hombres el punto más débil se presenta donde el cordón espermático entra en el escroto. Mientras que, en las mujeres, el conducto inguinal lleva un ligamento que ayuda a mantener el útero en su lugar, siendo este lugar, el punto débil por donde aparece la hernia inguinal.

Síntomas

Las personas que tienen una hernia inguinal pueden presentar distintos síntomas, como por ejemplo:

  • Aparición de un bulto en la zona inguinal (al lado del hueso púbico) que aumenta al realizar fuerza, estar de pie o al toser.
  • Dolor en la zona del bulto en especial al hacer fuerza o toser y que se puede irradiar hacia el testículo, en el caso de los hombres.
  • Sensación de adormecimiento u hormigueo en la zona del bulto.
  • Se puede palpar el intestino en la zona del bulto.

Diagnóstico de una hernia inguinal

Para diagnosticar una hernia inguinal, basta el examen físico en la consulta del médico. El principal método de diagnóstico es el examen físico realizado por el especialista. Como complemento, se pueden realizar algunas imágenes como ecografía o resonancia, pero el diagnóstico es principalmente por examen físico.

La mayor complicación que puede tener el paciente es la estrangulación de la hernia. Esto ocurre cuando una víscera se atrapa en el defecto herniario y queda sin irrigación. Si el intestino que alcanza a pasar por la pared muscular se estrangula, puede producir una obstrucción intestinal o una perforación intestinal asociado a peritonitis. En estos casos, aparecen náuseas, vómitos, fiebre y un dolor agudo repentino. La cirugía se convierte en una urgencia y podría tener riesgo para la vida del paciente.

Tratamiento
La hernia inguinal se trata de una patología que requiere tratamiento para evitar complicaciones. Y es que. aunque pueden no representar un riesgo inminente para la salud, en algunas ocasiones se pueden complicar; es por eso que el tratamiento siempre será la cirugía.

Existen dos opciones para tratar las hernias inguinales. La cirugía abierta y la cirugía laparoscópica, que consiste en un procedimiento mínimamente invasivo, en que a través de pequeños orificios en el abdomen se introduce una cámara para curar la hernia. Lo que hace el cirujano es reforzar con una malla evitando que esos músculos ya debilitados se vuelvan a abrir.

Los beneficios de la cirugía laparoscópica son muchos. A diferencia de la cirugía abierta, el paciente tiene una rápida recuperación y puede reincorporarse en pocos días a sus actividades habituales.

En Clínica Dávila contamos con un equipo de especialistas experto en el manejo de diferentes áreas de la cirugía abdominal. Si tienes alguno de los síntomas descritos o el diagnóstico de hernia inguinal, reserva tu hora con uno de nuestros profesionales:  

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