Son poco conocidas, pero cumplen un papel fundamental para nuestro sistema óseo. Las paratiroides son pequeñas glándulas que tienen como función producir la paratohormona, la cual regula los niveles de calcio en la sangre.

La mayoría de la población (85%) tiene cuatro de estas glándulas; sin embargo, un número reducido de personas puede presentar cinco o más, y un  grupo más pequeño aún, cuenta sólo con tres. Miden normalmente entre 3 a 8 milímetros y se ubican en la zona baja del cuello, al lado de la glándula tiroides.

Según explica el doctor Luis Rocha, cirujano de Cabeza y Cuello de Clínica Dávila, son dos las principales enfermedades que pueden afectar a estas glándulas: hipoparatiroidismo y el hiperparatiroidismo.

El hiperparatiroidismo se define como la producción excesiva de paratohormona, resultando un exceso de calcio en la sangre o hipercalcemia, la que puede tener múltiples causas.

Cuando se  identifica un hiperparatiroidismo secundario o terciario, significa que esta enfermedad es producida por alguna alteración ajena a las glándulas, como en otro órgano, por ejemplo. El hiperparatiroidismo primario, en tanto, es el desorden más común y se diagnostica cuando la enfermedad se produce en la misma glándula. Se presenta más en las mujeres que en los hombres, en razón de 3 a 1, y aparece más frecuentemente entre la 5° y 6° década de vida.

El 85% de los casos está dado por un adenoma, cuando una sola glándula crece en forma anormal, aunque existe un porcentaje de un 5 a 10% donde pueden existir adenomas dobles. Entre un 10 a un 15% presenta crecimiento de todas las glándulas (hiperplasia), que puede estar asociado a neoplasias endocrinas múltiples (enfermedades genéticas hereditarias). Menos del 1% de los pacientes presenta un cáncer de paratiroides.

Diagnóstico y tratamiento

“Esta enfermedad puede ser asintomática en muchos casos, detectándose sólo con un examen de calcio elevado en la sangre, lo que da la alarma para comenzar el estudio. También puede manifestarse como cálculos en el riñón, osteoporosis, molestias musculares o en las articulaciones, y molestias gastrointestinales, entre otras. Al realizar el estudio, habrá que descartar otras causas de enfermedades que puedan provocar hipercalcemia”, indica el doctor Rocha.

El diagnóstico, entonces, se realiza a través de exámenes de sangre y se confirma al detectar una paratohormona y calcio elevados.

La mayoría de las veces el tratamiento implica la cirugía, procedimiento quirúrgico efectuado por un cirujano de cabeza y cuello que consiste en extirpar en pabellón las glándulas enfermas. “Existen algunos casos puntuales, evaluados por el especialista, donde podría manejarse con seguimiento y control estricto”, aclara el doctor Luis Rocha.

Para identificar las glándulas enfermas, se solicita una ecografía cervical, junto a un SPECT –CT (estudio de medicina nuclear). De esa manera, se asegura identificar la ubicación exacta de la glándula alterada y tener una cirugía exitosa.

Una vez operado el paciente, el pronóstico es excelente. Extirpada la glándula enferma, los niveles de calcio tienden a normalizarse rápidamente.

En relación a las capacidades de Clínica Dávila, el doctor Rocha destaca la amplia experiencia en esta patología que tiene el equipo de Cirujanos de Cabeza y Cuello. “Tanto el diagnóstico, como el estudio preoperatorio y el tratamiento de esta enfermedad puede ser efectuado en nuestra institución de manera integral”, puntualiza.