Mucho se ha hablado del daño que provoca el consumo de sal en exceso para nuestra salud. Tanta información puede generar confusión en las personas pasando por alto que su consumo moderado es necesario para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. La importancia de este mineral, en términos generales, es que regula la cantidad de agua en nuestro cuerpo. Sin embargo, cuando se ingieren alimentos altos en sodio, se tiende a retener líquido provocando lo que se conoce dentro del lenguaje médico como edemas. Además que, irremediablemente, la presión comienza a subir.

Normalmente, el consumo promedio de sal en Chile es de 9,4 gramos de sal por día, casi duplicando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de 5 gramos de sal diarios. El gran porcentaje de sal que consumismo, y que predispone a padecer de hipertensión, proviene de los alimentos naturales y alimentos procesados. Hay estadísticas que establecen que el 80% de la sal que se consume es obtenida a través de los alimentos (principalmente de los procesados) y que el otro 20% proviene de la sal que añadimos a la comida.

La industria de alimentos, en conjunto con el Ministerio de Salud, está trabajando en eliminar la sal agregada de los alimentos. Campañas como las de etiquetado (o sellos negros) o  la disminución de sal en la producción de pan han pretendido beneficiar a las personas a través de la educación. En el caso del pan, por ejemplo, se logró que algunas panaderías bajaran progresivamente y de manera voluntaria el uso de la sal en los panes (de 600 miligramos de sal que se utilizaba para la marraqueta, se logró bajar hasta 300 miligramos). En ese sentido, la industria de alimentos tiene una gran responsabilidad. Pero cada uno de nosotros debe comenzar a elegir comer más sano. Es tan simple como no echar más sal a los alimentos que consumimos.

Datos importantes

Es necesario que las personas hipertensas comprendan que, en beneficio para su salud, deben hacer ajustes en su estilo de vida. De nada sirve tratarse farmacológicamente esta condición, si no se hacen cambios importantes en la dieta diaria. Se ha logrado comprobar que las personas que padecen de hipertensión y que además, están tomando remedios para la presión arterial, al consumir altas dosis de sal inhiben el efecto del medicamento.

La mayoría de los alimentos traen consigo un contenido de sal natural. Por este motivo, es importante regular la cantidad de sal que añadimos.

Los alimentos que mayor cantidad de sal tienen son los productos procesados (además del sabor, prolonga su durabilidad) pero son más perjudiciales para la salud.

También se debe considerar que la sal, no importa de dónde provenga (Himalaya, rosada, etc.), continua teniendo sodio. La diferencia entre la sal tradicional y las sales alternativas es su refinación.

Recientemente, el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la U. de Chile (INTA), concluyó que, ante el uso de sales alternativas, las personas suelen utilizar mayores cantidades. Al intentar equiparar el sabor de la sal refinada terminan aumentando la ingesta de sodio.