La cirugía retrógrada intrarrenal (también conocida como nefroureteroscopía flexible) es una intervención que habitualmente se recomienda a pacientes con cálculos renales menores a dos centímetros y cuya  densidad (dureza) y localización, los hacen menos factibles de tratar con litotripsia extracorpórea. Se debe tener presente que, al momento de elegir el tratamiento adecuado para el paciente que padece de litiasis (cálculos renales), se debe considerar  el número, la forma, tamaño y densidad del o de los cálculos.

“Se trata de una tecnología relativamente nueva y que ha revolucionado el manejo de los cálculos renales, ofreciendo una opción eficaz y mínimamente invasiva.  Antes sólo contábamos con la litotripsia extracorpórea (ondas de choque) o la cirugía percutánea que en general se reserva para cálculos mayores a dos centímetros.”, explica el doctor Alejandro Miranda, urólogo de Clínica Dávila.

¿Cómo funciona?

La cirugía retrógrada intrarrenal consiste en la introducción de una cámara flexible por la uretra. Su diámetro es tan pequeño que permite recorrer todo el camino hasta llegar al riñón. Esta cámara es dirigida por el médico desde afuera y puede girar y flectar su punta arriba o abajo hasta en 270º grados. Por dentro de la cámara se avanza con una fibra láser flexible que permite fragmentar o pulverizar los cálculos. Una vez localizadas las piedras, el médico puede proceder a:

  1. Atraparlos y retirarlos con un canastillo.
  2. Pulverizarlos con un láser.

“Algunos pacientes con predisposición a la formación de cálculos pueden llegar a tener 10 o más cálculos en cada riñón, habitualmente de tamaños relativamente pequeños, entre 4 y 6 mm. Antes, en este tipo de pacientes no teníamos tratamientos adecuados y la mayoría de las veces sólo se tenía una conducta expectante esperando que estos fueran eliminados o realizábamos litotripsia con pocas probabilidades de obtener un resultado exitoso. Actualmente, se puede lograr que los pacientes queden totalmente libres de cálculos”, expone el doctor.

Beneficios

  • Es mínimamente invasiva (no se hacen cortes).
  • Es bien tolerada.
  • El paciente se va el mismo día o al día siguiente a la casa.

“Podemos asegurar con mucha tranquilidad que Clínica Dávila cuenta con toda la infraestructura necesaria para llevar a cabo este procedimiento. Llevamos varios años realizando esta cirugía. Nuestros equipos son todos con tecnología digital, lo que se traduce en una imagen de calidad y nitidez muy superior a la que entregan los equipos de fibra óptica. Cualquier escenario de cálculo puede ser manejado en nuestra Clínica”, asegura el doctor Miranda.

Exámenes previos a la operación

  • Pruebas de sangre y de orina para confirmar que no existe infección.
  • PieloTac, para saber cantidad, forma, tamaño y ubicación exacta de los cálculos existentes.

El equipo médico que realiza esta intervención en Clínica Dávila está compuesto por:

Dr. Alex Acuña, Dr. Pablo Bertelsen, Dr. David Carvajal, Dr. Rodrigo Chacón, Dr. Jorge Hiriart, Dr. Alejandro Miranda, Dr. Manuel Ossa, Dr. Gonzalo Rubio y Dr. Henry Toloza.