Las várices en las piernas son, sin duda alguna, uno de los motivos de consulta más frecuentes en el área de la cirugía vascular, más aún debido a su mayor prevalencia en mujeres embarazadas. Así lo confirma el cirujano vascular de Clínica Dávila, doctor Juan Pablo Fuenzalida.

Esta patología puede ser definida como dilataciones venosas que se pueden presentar en varias partes del cuerpo. Muchas veces se confunden con venas que se marcan en la piel de personas de piel delgada o muy clara, pero ellas deben ser tratadas cuando comienzan a hincharse y generar molestia en quienes las padecen. Se trata de una enfermedad bastante frecuente, de hecho, estudios epidemiológicos muestran que hasta cerca de 40% de la población puede tener várices en distintas etapas de su vida.

Las várices son una alteración en las válvulas unidireccionales de las venas, que permiten que la sangre se desplace de vuelta al corazón. Esto hace que las venas acumulen sangre, inflamándose.

Incidencia de hormonas en la aparición de várices

En general, las várices se presentan con mayor frecuencia en la población femenina. Según comenta el doctor Fuenzalida, alrededor de tres cuartas partes de los pacientes que consulta por esta patología son mujeres. Ello se debe a un factor hormonal involucrado en su aparición, además de la herencia y la incidencia del estrógeno como causa importante para ello. “Es una enfermedad que se va desarrollando con el tiempo, uno no nace con várices. Además, se presenta fundamentalmente en mujeres, alrededor de los 30 o 40 años, muchas veces exacerbadas con los embarazos”. Por otra parte, las mujeres que tenían algún grado de várices en su juventud verán aumentado su número al estar encinta, especialmente si se trata de embarazos muy seguidos o con un aumento de peso significativo.

Por este motivo, el doctor Fuenzalida recomienda a mujeres embarazadas que mantengan un peso adecuado, manteniendo una dieta sana y balanceada. Además, deben controlar otras causas de aparición de várices: estar de pie o sentadas con las piernas cruzadas durante períodos muy extensos. El ejercicio es fundamental para evitar las várices: actividad física de mediana o alta intensidad que tonifique la musculatura de las piernas, tales como caminar, andar en bicicleta, trotar, natación, spinning o elíptica, realizándolas de modo tal de no afectar al bebé y siempre consultando con su médico de cabecera antes de realizarlas.

Tratamiento de várices en embarazadas

El cirujano de Clínica Dávila comenta que las medias compresoras son un tratamiento muy conocido, pero que ya no se utiliza mucho, siendo reemplazado por técnicas más modernas y que generan menos incomodidad en las pacientes. Por otra parte, no es necesario llegar a realizar una cirugía en todos los casos. “Muchas mujeres pueden beneficiarse de tratamientos más conservadores, como por ejemplo la corrección de sus factores de riesgo en la medida que se pueda y el uso de medicamentos en las etapas iniciales de la enfermedad”.

De todos modos, en caso de que se haga necesaria una intervención quirúrgica, las pacientes deben tener en cuenta que la tecnología ha ayudado mucho a disminuir las molestas de una operación. “La paciente se va de alta el mismo día, o a más tardar al día siguiente manteniendo un reposo relativo. Además, cada día los tiempos de recuperación son menores y los niveles de satisfacción, con respecto a las molestias son mucho mejores. El dolor postoperatorio la verdad es que es muy poco, muy poco”, enfatiza el doctor Fuenzalida.