Cuando en una familia hay un menor con obesidad o sobrepeso, el éxito en la reducción de los kilos de más de ese niño o niña, depende en gran parte del apoyo que brinde el resto de los integrantes.

“Los niños instauran aproximadamente a los 5 años el patrón alimentario, interiorizándolo como un hábito. La alimentación es un hábito igual que cualquier otro como lavarse los dientes, dormir o estudiar. Esto quiere decir que el niño va a repetir el patrón alimentario que vea en la casa, independiente de la calidad de éste, por lo que es fundamental el trabajo en familia”, explica la nutricionista infantil de Clínica Dávila, Consuelo Muñoz.

La especialista indica que no es necesario preparar comidas especiales y distintas a las del resto de la familia para el niño que tiene sobrepeso. “Hacer comidas diferenciadas no sirve. Lo ideal es intentar estar todos en la misma sintonía y dando el ejemplo. Sobre todo, en las familias donde los niños no sólo viven con sus padres, sino también lo hacen con abuelos y tíos”, dice.

Además, es necesario considerar que los niños pequeños no tienen la capacidad para decidir qué alimentos se compran en la casa, cómo se cocina o qué tipo de preparaciones y cantidades pondrán en sus platos. “Es esencial la figura familiar para interiorizar un hábito de alimentación más sano. Los padres o el cuidador, son los proveedores y deben dar el ejemplo. Si el niño tiene que comer sano, los padres o abuelos deben hacerlo en conjunto también. Esto no quiere decir comer lechuga con atún todos los días, hoy comer sano puede ser sabroso también, entretenido, variado e incluso más barato que comer solo productos procesados o pan. La clave está en planificar con los niños preparaciones que les llamen la atención y que eso coman”, dice la especialista.

En general, la nutricionista infantil recomienda volver a lo natural y basar la dieta en frutas, verduras, legumbres, granos integrales y carnes magras. “Cuando se entrega esta recomendación, a veces se topa con las clásicas negativas de algunos pacientes o papás de niños que dicen que comer sano es más caro, que no tienen tiempo para ir al supermercado y menos para cocinar. Todas esas trabas, se pueden superar si se planifica lo que se va a comer”, insiste la nutricionista Consuelo Muñoz.