Los tumores cerebrales son masas que se forman por el crecimiento de células anormales en el cerebro.

Afortunadamente no son patologías muy frecuentes. La incidencia anual de los tumores cerebrales es de 21,4 por cada 100.000 habitantes, es decir, en una cuidad como Santiago equivale a alrededor de 1.400 a 1.600 tumores cerebrales anuales.

El doctor Claudio Campos, neurocirujano de Clínica Dávila, explica que no se sabe precisamente cuál es la causa directa de estos tumores. “Existen algunos factores de riesgo, como haber estado expuesto a radiaciones ionizantes o tratamientos con radioterapia, junto a algunas condiciones genéticas; por ejemplo, hay personas que tienen antecedentes tumorales, con enfermedades como la neurofibromatosis, que es la más común, donde familias completas y su descendencia presentan tumores cerebrales, pero no hay una causa puntual”, indica.

Principales síntomas e impacto

Los tumores cerebrales suelen ser asintomáticos y generalmente son detectados como un hallazgo, es decir, cuando la persona consulta por un dolor de cabeza o porque sufre un golpe en la cabeza y al hacer ese estudio, se descubre un tumor.

Pueden debutar (la primera señal que se manifiesta) con el síntoma más importante y más frecuente que es la cefalea o dolor de cabeza. Sin embargo, se debe considerar que, de todos los tumores cerebrales ya diagnosticados, solo el 50% de esos pacientes ha sufrido de cefalea, así que tampoco es un indicador absoluto. “Pero la cefalea es lo que llama la atención y lleva a consultar”, cuenta el doctor.

Existe, además, lo que se llama banderas rojas o señales de alarma dentro de los dolores de cabeza y esos, fundamentalmente, son los dolores progresivos. Por ejemplo, se recomienda consultar al especialista ante un dolor de cabeza que aparece en un paciente que tiene sobre los 50 años de edad y que nunca antes había presentado jaqueca, pues puede ser señal de un problema, así como un dolor de cabeza asociado a otros síntomas, como visión doble, náuseas o vómitos, y que se produzca semanas o un par de meses después de haber sufrido un golpe.

Asimismo, existen síntomas neurológicos. Por ejemplo, algunos tumores empiezan a producir déficit motor en un lado del cuerpo (hemiparesia), que puede indicar desde un infarto hasta un tumor cerebral. Otros pacientes pueden debutar también con dislopia (visión doble), que puede ser señal de un tumor localizado en el tronco cerebral.

“Muchos de los síntomas de estos tumores van a depender de dónde estén localizados”, afirma el doctor Campos, quien agrega que hay áreas en el cerebro que los especialistas denominan como más elocuentes (significativas) que otras. Así, un tumor frontal izquierdo podría generar menos síntomas que un tumor que esté localizado, por ejemplo, en el área motora, donde el paciente inmediatamente va a presentar déficit motor, con gran impacto en su calidad de vida.

Otra ubicación traumática son los tumores que están localizados en el área del lenguaje. “Son pacientes que no pueden hablar, que no pueden comunicarse, y eso genera un deterioro rápido de su condición”, puntualiza.