Para poder comprender la importancia del trasplante de páncreas, resulta fundamental entender primero cuál es su función dentro del cuerpo humano.

El páncreas es un órgano que cumple dos funciones específicas en nuestro organismo:

  • Función exocrina: es capaz de secretar enzimas al tracto gastrointestinal que permiten la absorción de los nutrientes de todos nuestros alimentos.
  • Función endocrina: secreción de insulina que permite la normalidad de la glicemia.

El trasplante de páncreas se considera como opción cuando se pierde la función endocrina. Usualmente los pacientes llevan largo tiempo con este déficit y su ausencia repercute en el buen funcionamiento de otros órganos del cuerpo, como son, por ejemplo: la retina, el corazón, los vasos sanguíneos y los riñones.

El diagnóstico se realiza a través de la medición del péptido c, que es un elemento que permite evaluar la secreción de insulina por parte del páncreas dañado. Este examen se realiza a través de una muestra de sangre.

“Habitualmente, el trasplante más indicado para este tipo de condición, es el de páncreas y de riñón combinado. La razón de esto se debe a que esta enfermedad crónica ya ha desarrollado complicaciones también en los riñones. Con esta intervención, no sólo se logra rescatar al paciente de la diálisis sino que se experimenta una mejoría sustancial en su Diabetes Tipo 1”, comenta el doctor Sergio Álvarez, especialista en Trasplantes de Órganos Abdominales y Cirujano Hepatobiliar de Clínica Dávila.

Cuando a través del trasplante se logra controlar exhaustivamente la glicemia, se cumplen varios objetivos:

  1. Se mejora la calidad de vida del paciente dado que no requiere monitoreo ni inyecciones diarias de insulina.
  2. A largo plazo, el control metabólico estricto permite la detención de la evolución de las complicaciones secundarias de la diabetes; las que incluso, pueden revertir progresivamente.

Riesgos

Como cualquier procedimiento quirúrgico, el trasplante de páncreas tiene algunos riesgos asociados, ligados a la intervención y al requerimiento de inmunosupresión. Esto significa que intencionalmente se disminuyen las defensas del paciente (por medio de tratamiento médico) para que su organismo no rechace el órgano trasplantado. Este tratamiento debe mantenerse de por vida. Como su sistema inmunológico se encuentra disminuido, está más expuesto a enfermedades oportunistas, sobre todo, en el primer periodo post trasplante.

Recuperación

  • El paciente debe continuar una pauta estricta de seguimiento y controles médicos, para evitar la aparición de infecciones oportunistas y controlar la buena función de los órganos trasplantados. Los pacientes rápidamente recuperan su calidad de vida, dejan de requerir diálisis y controlan su diabetes en forma espontánea.

Clínica Dávila inició su programa de trasplante de páncreas en el 2005 y tenemos la satisfacción de asegurar que hemos tenido pacientes trasplantados con buena función de sus órganos hasta quince años posteriores al trasplante. Son pacientes que han vuelto a experimentar una vida normal.