Una de las terapias de reemplazo renal es el trasplante de riñón. El trasplante de riñón, al igual que el trasplante de otros órganos, se puede lograr a través de una persona fallecida o por medio del trasplante vivo (muy frecuente en Chile). Cuando una persona dona un riñón, puede vivir una vida completamente normal ya que, además de los seguimientos que debe cumplir, existen mecanismos de compensación dentro de su cuerpo que así lo permiten.

El trasplante de riñón, como procedimiento quirúrgico, es considerado seguro. De hecho, está catalogado como una cirugía de mediana complejidad que, dependiendo de sus características, hasta puede ser realizada laparoscópicamente.

Protocolo de seguimiento del donante

Para comenzar, debe establecerse que cuando el equipo médico selecciona a un donante, elige a uno que cumpla con buenas condiciones de salud. Jamás se considerará a una persona que, por alguna enfermedad propia, pueda padecer de un problema renal en el futuro y que esto represente un riesgo para su vida.

Una vez realizada la operación, el donante permanecerá hospitalizado por un periodo de dos a tres días. Los primeros controles post operatorios estarán a cargo del cirujano ya que, las primeras complicaciones que se podrían presentar, son principalmente quirúrgicas. Entre estas complicaciones (bajas pero que pueden existir) están:

  • Infección de la herida operatoria.
  • Sangrado mínimo.
  • Surgimiento de una hernia.
  • Lesión de un nervio.

Después de los primeros tres meses, comenzará a revisarlo el nefrólogo, quien hará exámenes de sangre y de orina para asegurarse que el riñón está funcionando bien.

Riesgos

Según el doctor Sebastián Cabrera, nefrólogo de Clínica Dávila, el riesgo basal de cualquier persona (en promedio) de hacer insuficiencia renal es de 1 en 100,000. Para el donante, el riesgo sube de 3 en 100,000 (peligro considerado aún bajo).

A largo plazo, sin embargo, existe una posibilidad que el paciente donante se vuelva hipertenso o que sufra de un fallo renal.

Para prevenir esta situación, el cuidado se fundamentará en llevar un estilo de vida sano, además de continuar con los controles seguidos con su nefrólogo.