Las vacunas son preparaciones que se inyectan con el fin de producir defensas en el organismo de las personas frente a agentes infecciosos (virus o bacterias), con el que nunca se ha estado en contacto. En términos simples, su colocación fomenta la producción de anticuerpos contra microorganismos dañinos y severos para la salud del ser humano, creando inmunidad y protegiéndolos, inclusive, de la muerte.

Cuando vacunas a tu hijo lo proteges para que no se enferme y, en caso de que se enfermara, la reacción será muy leve.

Posibles efectos secundarios de la vacunación

Las reacciones adversas más comunes y que no representan ningún peligro para el paciente son:

  1. Niños y niñas según la vacunación correspondiente a su etapa de desarrollo.
  2. Dolor en los lugares de punción.
  3. Llanto permanente durante un día.
  4. Sensación de malestar durante tres o cuatro días.

Es muy importante recalcar que, bajo ninguna circunstancia, las vacunas producirán condiciones severas en el niño (tales como el autismo).

Efecto rebaño: por qué es necesario vacunar

En Chile, las campañas de vacunación han demostrado ser muy efectivas. Tanto así, que se ha logrado erradicar varias enfermedades en nuestro país a través del efecto rebaño (vacunando sobre un 85% – 90% de las personas).

El efecto rebaño significa que existe tanta gente vacunada dentro de la población que, prácticamente, el virus no podrá provocar infección. A su vez, los que no están vacunados, están protegidos por los que sí fueron inmunizados, pues no existe el riesgo de ser contagiados por ellos.

Hoy día, Chile está recibiendo un gran porcentaje de inmigrantes que, dado a la pobreza de sus países y a los pocos programas destinados a la salud, no tienen acceso a la vacunación. Esta situación los hace más vulnerables a las infecciones y, una forma de protegernos todos, es cumpliendo con el plan de vacunas establecido por el Ministerio de Salud.

Cuándo debo vacunar a mi hijo

Desde que la madre está embarazada, su médico la orienta sobre la importancia de vacunar a sus hijos, una vez nacidos.

Una vez el niño nace, a través de los controles médicos, el pediatra indicará a la madre la vacuna que corresponde a su hijo. Además, se entrega un carnet con las vacunas puestas y las próximas a colocar, según el calendario de inmunizaciones creado por el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI). También se les orientará sobre otras vacunas no consideradas en este calendario pero que pueden ser necesarias para proteger al paciente de otras enfermedades, tales como: rotavirus, varicela, fiebre amarilla u otros. Estas vacunas se adquieren de manera particular.

Quiénes deben vacunarse

  1. Niños y niñas según la vacunación correspondiente a su etapa de desarrollo.
  2. Adultos que viajen (por trabajo o vacaciones) a países más expuestos. Se recomienda consultar antes de viajar por las vacunas de sarampión, fiebre amarilla u otras.
  3. Adultos nacidos entre los años 1971 y 1981 (concretamente, la vacuna de sarampión, ya que recibieron dosis más bajas de las establecidas).