La enfermedad conocida como pie diabético es una serie de alteraciones neurológicas, vasculares, infecciosas y, en algunas ocasiones, óseas que, a pesar de obedecer a mecanismos patogénicos variados, se originan sobre una condición básica común: el pie del diabético.

De acuerdo a lo expresado por el doctor Patricio Huerta, cirujano vascular periférico de Clínica Dávila, el pie de cualquier persona diabética tiene riesgos de presentar heridas, úlceras, infecciones, y otras lesiones. De hecho, es la primera causa de hospitalización de pacientes diabéticos y una importante causa de morbilidad e invalidez.

Causas y síntomas del pie diabético

El pie diabético se produce por la acción aislada o conjunta de enfermedades como la vasculopatía, la neuropatía periférica, las alteraciones ortopédicas y la infección.

Generalmente, por infecciones severas, por úlceras y grietas que se infectan; éstas pueden ser, desde infecciones superficiales en la piel o tejido graso del dorso del pie o de los dedos, hasta infecciones más serias en hueso o problemas circulatorios, como gangrena.

Los principales síntomas que se presentan cuando un paciente padece de pie diabético son: calambres que se agravan por la noche, hormigueos y dolor que, en ocasiones, es muy intenso y se acompaña de un aumento anormal y doloroso de la sensibilidad de la piel, hasta un punto en que el paciente no tolera el roce de las sábanas.

La pérdida de la sensibilidad vibratoria es uno de los síntomas más precoces. Hay una disminución o abolición de la sensibilidad propioceptiva.

La hipoestesia (disminución de la sensibilidad) permite que se produzcan lesiones que son advertidas tardíamente por los pacientes.

Tratamientos para el pie diabético

El cirujano vascular de Clínica Dávila comenta que el correcto tratamiento del pie diabético requiere de un enfoque multidisciplinario y sus pilares son el tratamiento médico y el tratamiento quirúrgico.

El tratamiento médico para el pie diabético consiste en el control de los factores de riesgo y la compensación del estado metabólico del paciente con antibióticos, para evitar perpetuar la infección y conseguir una correcta cicatrización.

Por otro lado, el manejo quirúrgico va a variar de acuerdo a las características de la enfermedad del paciente.

Si se trata de un pie diabético sin signos de infección sistémica, con compromiso superficial y con buena circulación, puede ser tratado sólo con antibióticos orales y curaciones avanzadas.

En dichos pacientes, es de suma importancia realizar una correcta evaluación del estado de su circulación arterial.

Mientras que, si el paciente con pie diabético tiene signos de infección sistémica o compromiso de partes profundas, debe ser hospitalizado para hacer un tratamiento antibiótico sistémico de amplio espectro. Además, debe definirse precozmente el estado de su circulación arterial.

Entonces, si este tipo de paciente presenta una adecuada perfusión del pie, va a requerir de un aseo quirúrgico amplio, con drenaje de abscesos y resección, en caso de ser necesario.

Ahora, si el paciente presenta una inadecuada perfusión del pie, va a requerir de un drenaje quirúrgico conservador y si el compromiso es superficial, requerirá de un estudio de su circulación arterial que permita planificar una estrategia de reperfusión arterial, como un paso previo al aseo extenso del pie, explica el experto.