¿Qué es el Pectus?

Se denomina Pectus a las diversas malformaciones congénitas del tórax que se pueden manifestar desde el nacimiento pero son de manifestación más frecuente durante la preadolescencia y adolescencia. El Pectus tiene dos manifestaciones clínicas mas frecuentes:

  • El Pectus Excavatum, es una deformidad congénita de la caja torácica caracterizada por pecho hundido en la región del esternón.
  • El Pectus Carinatum, es una deformidad congénita de la caja torácica caracterizada por una saliente en forma de pecho de paloma o de quilla de barco.

Manifestaciones del Pectus Excavatum

Según el Dr. Eduardo Leopold González, cirujano pediátrico de Clínica Dávila y especialista en cirugía de cuello, tórax y vía aérea pediátricas, lo habitual es que esta condición de “Pecho hundido” se manifieste en el periodo de la adolescencia, después de los 10 o 12 años de edad, cuando se produce mayor crecimiento de la caja torácica. Algunos pacientes presentan una malformación severa que no les permite correr o hacer actividad física, ya que esta malformación comprime el corazón entre el esternón y la columna torácica, como también disminuye el espacio que tienen los pulmones para expandirse.

 “Dependiendo del caso en particular y la edad del paciente, se pueden ofrecer distintos tratamientos, ya que intervenir a un niño pequeño, que está en pleno desarrollo, no es recomendable, salvo que tenga una condición de pectus extremo y que el corazón esté tan comprimido que no trabaje bien. Hacer una cirugía en niños menores de 10 años puede ser peor que la enfermedad, porque los pacientes siguen creciendo y pueden desarrollar después de la cirugía una malformación aún peor.”, afirma el especialista. Para estos pacientes mas pequeños existen otras alternativas de tratamiento “no quirurgicas”.

Técnica de Nuss para el tratamiento del Pectus Excavatum

Una de las técnicas que se ofrece a los pacientes con Pectus Excavatum es la técnica de Nuss, una intervención mínimamente invasiva que consiste en introducir una barra metálica al tórax, por detrás del esternón, de manera de levantarlo y dejar la pared anterior del tórax derecha, sin este hundimiento.  A diferencia de la cirugía abierta, que implicaba una gran incisión para cortar cartílago y hueso durante cuatro horas y que conllevaba diez días de hospitalización, con la técnica Nuss solo se hacen dos pequeñas incisiones bajo las axilas durante una hora guiando el procedimiento con una pequeña cámara de alta definición y el paciente se va del hospital al tercer o cuarto día.

El Dr. Leopold hace una analogía con los frenillos: “Los pacientes que usan frenillos por mucho tiempo logran que sus dientes se acostumbren a ellos y queden en una nueva posición. Al poner la barra es como si se pusiera un frenillo grande al tórax. La diferencia es que el tratamiento con frenillos dura varios años, mientras que con la barra el cambio es inmediato, los pacientes salen del pabellón sin su pecho hundido y notan la diferencia de inmediato.”

Si bien el pecho deja de estar hundido finalizada la cirugía, se debe tener la barra puesta por dos a tres años, tiempo en que el paciente deja de crecer. “La edad ideal para poner la barra es entre los 14 y 15 años en niños y entre los 13 y 14 años en niñas, dado que, pasados tres años de tratamiento, van a tener una edad que coincide con el fin del desarrollo del tórax, lo que permite que, una vez retirada la barra, no haya una pequeña recidiva (se vuelva a hundir el pecho)”, comenta el especialista.

Cuidados durante la mantención de la barra

El Dr. Leopold da las siguientes indicaciones para asegurar el éxito del tratamiento post-quirúrgico:

  1. Tres meses sin ningún tipo de actividad física, a fin de que la barra se integre al organismo y logre afirmarse. Si la barra se suelta o gira, puede ocasionar un problema mayor, obligando al paciente a someterse a una nueva intervención.
  2. Durante los tres años que llevará la barra, el paciente no puede realizar ningún ejercicio de contacto fuerte (boxeo, karate, rugby) o cualquier actividad que implique un golpe directo en el tórax.
  3. Asistir a todos los controles con su médico tratante.
  4. Pasados tres años, debe someterse a una nueva cirugía que suele ser ambulatoria, para el retiro de la barra.

Efectos en la vida del paciente

El Dr. Leopold resalta que, más allá del tema médico, los cambios a nivel psicológico del paciente luego de la intervención son notables. “Estos pacientes muchas veces son objeto de Bullying. No van a la playa, a la piscina y no quieren hacer educación física en el colegio. Hay estudios que afirman que más del 50% de ellos tienen criterios de depresión y algunos de depresión mayor, presentándose incluso intentos de suicidio. Por eso, después de la cirugía hay un cambio radical en sus vidas, su autoestima sube y comienzan a integrarse socialmente.”, afirma el especialista.