Un embarazo es considerado de término cuando tiene una duración de entre 38 y 42 semanas. Sin embargo, hay casos en que los bebés deben nacer antes, por lo que son catalogados como niños prematuros.

De acuerdo a lo confirmado por la doctora Elisa Jiménez, neonatóloga de Clínica Dávila, se estima que un niño es prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de gestación.

Posibles causas de un parto prematuro

La experta asegura que las causas de que un niño nazca de forma prematura son muy variadas, entre las cuales se encuentran:

  • Infecciones perinatales con o sin rotura de membrana.
  • Causas maternas donde la madre presenta enfermedades que deterioran al feto y/o a la madre, por lo que llevan a interrumpir anticipadamente el embarazo, siendo una de las más frecuentes, la hipertensión del embarazo.
  • También puede tratarse de malformaciones del aparato reproductivo de la madre.
  • Excepcionalmente, se produce por causa de malformaciones fetales.

Consecuencias de ser un niño prematuro

Justo en el momento en que los padres reciben a un hijo prematuro comienzan a cuestionarse una serie de cosas. Y es que, uno de los más grandes temores que tienen son las secuelas que podrían acompañar a su bebé.

Según la especialista de Clínica Dávila, “a menor edad gestacional, más aumenta el riesgo de secuelas”. Esto, porque la mayor cantidad de secuelas se presentan en aquellos bebés que nacen con menos de un kilo y/o menos de 28 semanas de gestación, lo que implica que el riesgo disminuye con cada semana que el feto permanece dentro del útero.

Además, “lo ideal es nacer con más de 36 semanas, pero el riesgo comienza a disminuir sobre las 32 semanas de gestación. Lo importante es que cada vez aprendemos más cómo manejar a nuestros pequeños pacientes. En este proceso, los padres son un pilar fundamental en acompañar al bebé”, confiesa.

Asimismo, agrega que las complicaciones que se pueden presentar son muy variadas y pueden afectar cualquier sistema del cuerpo.  En su mayoría son por inmadurez, pero algunas son producto de las terapias que se deben realizar cuando nacen para que sobreviva, como por ejemplo, los ventiladores mecánicos.

Por otro lado, las potenciales secuelas que pueden dejar estas complicaciones van a depender de la gravedad de cada caso y de la evolución que haya presentado el niño durante su hospitalización. También comenta que si estas secuelas son físicas o neurológicas está dictado por cada caso, de hecho, se pueden presentar ambas. “A veces es difícil separarlas. Un bebé que estuvo muy enfermo y presentó distintas enfermedades, puede tener secuelas físicas, como ser más pequeño, y tener secuelas en su desarrollo”.

Igualmente, asegura que, además del equipo médico, el rol de los padres es fundamental en el cuidado de estos niños, ya que, la leche materna ayuda a disminuir las complicaciones asociadas a la prematurez.

Complicaciones más frecuentes en un parto prematuro

La doctora Jiménez menciona que las complicaciones más relevantes se presentan con mayor frecuencia en bebés de menos de un kilo y son las siguientes:

  • Hemorragias cerebrales de diferentes proporciones.
  • Enfermedad de membrana hialina (se presenta cuando el pulmón es muy inmaduro).
  • Déficit de surfactante: el surfactante permite que el pulmón se expanda normalmente para tener una adecuada oxigenación y ventilación.
  • Infecciones: se presentan tanto por consecuencia de la inmadurez del sistema inmune, como por el uso de dispositivos que son necesarios para atender al bebé.
  • Alteraciones digestivas como la enterocolitis necrotizante.

Finalmente, cabe destacar que es de suma relevancia que una vez que estos bebés sean dados de alta deben tener un seguimiento de su pediatra neonatólogo, para poder pesquisar potenciales secuelas y así, poder rehabilitarlos. Esto es especialmente importante con niños que pesaron menos de 1.500 gramos al nacer y/o menos de 32 semanas, lo que se hace en Clínica Dávila de forma coordinada con un equipo multidisciplinario.

De esta forma se ha demostrado que la mayoría de los bebés prematuros tienen una buena evolución.