No fueron buenas noticias las que trajo el último Reporte de Salud de la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para nuestro país. Según esta institución, el alto nivel de obesidad y sobrepeso en niños chilenos es una “bomba de tiempo”. Los menores excedidos de peso suman casi un 45% de la población, un 20% más que el promedio del resto de los países que pertenecen a este grupo. Otro informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) publicado el 2018, estima que el 9,3% de los niños menores de 5 años tienen sobrepeso.

La nutricionista infantil de Clínica Dávila, Consuelo Muñoz, explica cuáles son los cuatro errores más comunes que suelen cometer los padres de niños con obesidad y que frecuentemente son abordados en consulta:

  1. Calidad de los alimentos entregados: “Suelen alimentar a los niños en base a pan, productos procesados y comida chatarra, dejando de lado los alimentos que no sólo son bajos en calorías, sino que además son los que realmente los nutren como carnes magras, frutas y vegetales”. La nutricionista advierte que, un producto bajo en calorías, no siempre significa que sea de buena calidad desde el punto de vista nutricional, situación que a menudo ocurre con los “productos light”.

 

  1. Capacidad gástrica y tamaño de las porciones. “Muchos padres creen que la capacidad gástrica de los niños es igual a la del adulto, cuando no lo es. Esto se traduce en entregar al niño alimentos que no siempre son de buena calidad en cantidades muy grandes”. Además, los obligan a comer toda la comida que está en el plato, aunque el menor les diga que ya no son capaces de comer más o que no quieren hacerlo.

 

  1. Hidratación dulce: Algunos padres hidratan a sus hijos pequeños principalmente con bebidas gaseosas o jugos azucarados. Se recomienda una hidratación basada en agua y lo ideal es evitar los jugos o cualquier otra bebida envasada que diga ser light. Los jugos naturales, sin endulzar, también deben ser controlados.
  2. Uso excesivo de pantallas: Aunque no está relacionado directamente con la alimentación, sí influye en el exceso de peso y es también motivo de preocupación para la especialista. “Por pantalla entendemos el uso de teléfono celular, tablet, televisión, computador y juegos de consola. Cuando los niños llegan del colegio lo primero que hacen es utilizar estos dispositivos”. Ya no tienen actividades al aire libre en las que puedan moverse, jugar, correr e interactuar con otros niños. No andan en bicicleta ni en patines y no juegan con la pelota, por ejemplo.

 

“Esto se traduce en niños que se alimentan muy mal, en grandes cantidades y que además, no se mueven, situación que agrava aún más el problema del sobrepeso y la obesidad infantil en nuestro país”, dice la nutricionista.