La vacuna contra el virus influenza es una inyección que todos los años se modifica en su contenido, de acuerdo a los virus que la Organización Mundial de Salud estima serán los que estarán circulando en el hemisferio sur.

La vacuna es gratuita para todas las personas que están consideradas dentro del “grupo objetivo” determinado por el Minsal, sin importar si su cobertura de salud es pública o privada.

Así, se deben vacunar:

  • Todas las mujeres embarazadas a partir de la 13ª semana de gestación.
  • Niños y niñas que tengan entre seis meses de edad y los 5 años 11 meses 29 días.
  • Todos los adultos de 65 años y más.
  • Trabajadores de empresas avícolas y de criaderos de cerdos.
  • Personal de salud.
  • Enfermos crónicos entre 6 y 64 años, portadores de alguna condición de riesgo como diabetes, enfermedades pulmonares crónicas (asma bronquial), EPOC, fibrosis quística o fibrosis pulmonar de cualquier causa.
  • Personas con cardiopatías (congénita; reumática; isquémica y miocardiopatías de cualquier causa).
  • Enfermedades neuromusculares congénitas o adquiridas que determinan trastornos de la deglución o del manejo de secreciones respiratorias.
  • Personas con obesidad mórbida.
  • Insuficiencia renal en etapa 4 o mayor.
  • Hipertensión arterial en tratamiento farmacológico.
  • Insuficiencia renal en diálisis.
  • Insuficiencia hepática crónica.
  • Enfermedades autoinmunes como lupus; escleroderma; artritis reumatoidea, enfermedad de Crohn, entre otras.
  • Cáncer en tratamiento con radioterapia, quimioterapia, terapias hormonales o medidas paliativas de cualquier tipo.
  • Infección por VIH.
  • Inmunodeficiencias congénitas o adquiridas.

Sin embargo, las personas que no sufren estas patologías y que tampoco son parte de los grupos etarios que tienen derecho a la protección gratuita, también pueden acceder a esta vacuna (en forma particular), afirma la doctora Rosana Benítez, infectóloga de Clínica Dávila. La recomendación de la OMS es que, en lo posible, todas las personas mayores de seis meses puedan tener acceso a esta vacuna, con muy pocas excepciones.

Las personas inmunosuprimidas (como los pacientes trasplantados) y los pacientes alérgicos al huevo deben consultar con un médico infectólogo para evaluar si pueden recibir la vacuna o no.

Si tienes dudas respecto de si la vacuna es una herramienta útil para tí y tu familia, acércate a los especialistas de Clínica Dávila y consulta por tu situación en particular.