La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello, en la parte superior del esternón y delante de la tráquea. Su principal función es el control del metabolismo al producir las hormonas conocidas como tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), que se distribuyen por el torrente sanguíneo a todas las células del organismo. Durante los 2 primeros años de vida cumplen un papel imprescindible en el desarrollo cerebral. Según explica el doctor Rodrigo Bancalari, endocrinólogo infantil de Clínica Dávila, los dos trastornos de tiroides más comunes en los niños son el hipertiroidismo y el hipotiroidismo. En el primero, la tiroides del niño se encuentra muy activa y produce un exceso de hormona T3 y T4. El hipotiroidismo, en cambio, se origina cuando la tiroides funciona en forma ineficaz y, por lo tanto, produce niveles insuficientes de hormonas tiroideas. Existen algunos medicamentos que pueden bloquear la producción de hormonas T4 y T3 y causar hipotiroidismo. En la adolescencia, también puede presentarse por enfermedades autoinmunes. El hipotiroidismo se puede dar desde el nacimiento. Por este motivo, en Chile, se realiza el screening al nacer de todos los niños desde el año 1992.

Síntomas

Entre los síntomas que pueden presentarse en niños con alteraciones en la tiroides se encuentran los siguientes:
  • Prolongada ictericia (aumento de bilirrubina) en los recién nacidos.
  • Piel pálida y seca.
  • Sensación de frio.
  • Cansancio.
  • Retraso en el crecimiento de los huesos y/o los dientes.
  • Dificultad de aprendizaje y problemas de concentración (muchas veces se diagnostica déficit atencional).
  • Pubertad tardía.
  • Cambios en el comportamiento y/o rendimiento escolar.
  • Aumento o disminución de apetito.
  • Problemas de sueño y somnolencia.
  • Traspiración excesiva.
  • Inquietud e irritabilidad.

Diagnóstico

Una enfermedad tiroidea sin diagnosticar y sin tratamiento oportuno puede tener graves consecuencias para el desarrollo físico e intelectual del niño. Por tal razón, actualmente los centros asistenciales realizan a todos los recién nacidos un examen de sangre rutinario (prueba del talón) que permite descartar el hipotiroidismo congénito. Además, la observación de los niños y los controles rutinarios con el médico, que incluye la revisión de la glándula tiroides y la historia clínica de la familia, permite evaluar factores de riesgo y, ante la sospecha, indicar estudios complementarios como exámenes de sangre, ecografía de tiroides o radiografía de muñeca, entre otros.

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo de trastorno, pero suele apuntar al adecuado reemplazo hormonal tan pronto como sea posible en el caso del hipotiroidismo. En general, en el hipertiroidismo, el tratamiento está enfocado a disminuir y bloquear la activación de las hormonas tiroideas. En ambas condiciones, un oportuno tratamiento permite que el niño pueda tener una vida feliz y saludable.