La Enfermedad de Parkinson (EP) es una patología que afecta al sistema nervioso en el área encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos, por lo tanto, la rehabilitación en estos pacientes es fundamental para mejorar el estado físico y retrasar la progresión de los síntomas motores, permitiendo mayor grado de autonomía para realizar actividades cotidianas que impliquen movilidad.

El fisiatra de Clínica Dávila, Smiljan Astudillo, explica que “esta enfermedad neurodegenerativa se caracteriza por presentar signos no motores y motores. Dentro de estos últimos se encuentran la rigidez, los movimientos enlentecidos, temblor de reposo, alteración de la marcha y disminución de los movimientos automáticos, como bracear o parpadear, además de problemas con el habla y la escritura. En el caso de los no motores, se encuentran alteraciones cognitivas, sensitivas y problemas del sueño. Por lo tanto, esta sintomatología en su conjunto, sin duda disminuye la calidad de vida de los pacientes”.

Sobre el tratamiento de rehabilitación señala que “es imprescindible complementar el tratamiento farmacológico con una rehabilitación motora para el manejo integral y así optimizar la calidad de vida de los pacientes, disminuyendo la progresión de la sintomatología motora”.

Asimismo, especifica que para abordar este tratamiento se requiere evaluar a cada paciente y evidenciar cuál es el déficit que presenta. Los principales objetivos que se tienen con un paciente con Enfermedad de Parkinson son:

  • Manejo postural.
  • Entrenamiento de la marcha y el equilibrio.
  • Fortalecimiento y elongación muscular.
  • Trabajo aeróbico.
  • Trabajo fonoaudiológico en la articulación del lenguaje.
  • Entrenamiento en las actividades de la vida diaria y las instrumentales.

Estos objetivos se realizan a través del trabajo de distintos profesionales de rehabilitación; como el kinesiólogo, fonoaudiólogo y terapeuta ocupacional.

En el caso de la rehabilitación motora, el especialista explica que “se trabaja en los aspectos de balance, fuerza, estiramiento y educación de la marcha. Es muy importante lograr una capacidad aeróbica adecuada que facilite que el paciente se desenvuelva bien en su vida.  Este tipo de terapia puede ser complementada con el ejercicio en piscina temperada o la realización de Tai-chi”.

Igualmente, agrega que “si hubiese una alteración en la articulación del habla, se debe ir trabajando junto al fonoaudiólogo en las técnicas de movimiento orofacial. Esto se logra a través de ejercicios específicos del movimiento orolingual que deben ser aprendidos y entrenados por el paciente y su familia”, indica.

Por otra parte, para la optimización del  desempeño motriz de las extremidades superiores, el terapeuta ocupacional se encargará de ir entrenando y enseñando técnicas que faciliten la funcionalidad. En relación a estas terapias, el fisiatra declara que “se va adiestrando al paciente a través de técnicas motoras de fuerza y destreza de las extremidades superiores como también en entrenamiento de neuroplasticidad, para facilitar las tareas de la vida diaria y las instrumentales que le permitan mayor independencia”.

Por último, enfatiza que “es muy relevante que cada paciente con Enfermedad de Parkinson, sea visto por su médico neurólogo y el aspecto funcional sea evaluado por el fisiatra para diseñar un plan de rehabilitación específica para cada paciente. De este modo se permitirá entrenar al paciente y educarlo junto a su familia para mantenerse más seguro y funcional”.