Se consideran como factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, aquellas condiciones que aumentan la posibilidad de desarrollar una patología de origen circulatorio, entre las cuales podrían destacar el infarto agudo al miocardio y el accidente cerebrovascular, entre otras.

Entonces, cuando se habla de riesgo cardiovascular, se hace referencia a los factores predisponentes o asociados que pueden causar alguna de estas patologías, explica el doctor Vicente Rodríguez, cirujano vascular periférico de Clínica Dávila.

Factores que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares

El cirujano vascular de Clínica Dávila asegura que existen una serie de elementos que pueden hacer a un paciente más propenso a patologías de mayor riesgo cardiovascular y agrega que “hay algunos factores de riesgo que son no modificables y otros adquiridos o modificables, que deben ir controlándose en el tiempo”.

Factores de riesgo modificables

Los factores de riesgo modificables implican que los pacientes pueden hacer cambios en su estilo de vida para disminuir su riesgo cardiovascular y, de esta forma, reducir las opciones de padecer enfermedades como las anteriormente mencionadas.

De acuerdo al especialista, la forma de manejar esto es a través del control de los siguientes factores de riesgo:

  • Ingesta de tabaco: El consumo de tabaco o cigarrillos se asocia al desarrollo de enfermedad aterosclerótica, patología generalizada y severa que afecta a nuestras arterias. Por lo tanto, su consumo afecta de manera exponencial en su desarrollo. “Por otro lado, en pacientes que ya padecen este tipo de enfermedades y que presentan un tabaquismo activo, no es que debieran disminuirlo, sino que deben suspender su consumo, porque si no se suspende, se asocia a una pobre evolución”, asegura el especialista.

 

  • Sedentarismo y obesidad: A pesar de que estos dos factores de riesgo van de la mano, no son necesariamente excluyentes, explica el doctor Rodríguez. Es decir, una persona puede ser sedentaria sin ser necesariamente obesa y, en esos casos, el riesgo cardiovascular también es más alto. Para controlar estos factores de riesgo es importante una correcta alimentación y la realización de al menos 30 minutos de actividad física diaria.

 

  • Alimentación: Una alimentación no adecuada es otro factor importante para aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. Es importante que pacientes obesos o con sobrepeso tengan una correcta hidratación y dieta balanceada.

 

  • Niveles elevados de colesterol o dislipidemia: la presencia de hipercolesterolemia predispone a la acumulación de depósitos de colesterol en nuestras arterias, y con ello, la aparición de enfermedades cardiovasculares. Así podemos encontrar el conocido “colesterol malo” o LDL asociado a dietas ricas en grasas saturadas, por lo que nuestro objetivo es intentar que este se encuentre en niveles bajos. Por otro lado, el “colesterol bueno” o HDL, es el que nos brinda protección evitando el dep+osito del colesterol en las arterias y por tanto buscamos elevar sus niveles, por ejemplo, con la actividad física

 

  • Diabetes mellitus: cada vez de afección más temprana, se caracteriza por la elevación del azúcar (glicemia) en la sangre, si bien produce estragos a todo nivel, las arterias son un sistema más donde predispone a enfermedad cardiovascular, la que se controla mediante niveles adecuados de glucosa en sangre a través de dieta, ejercicios y medicamentos, con la finalidad de obtener hemoglobinas glicosiladas < 7%

 

  • Hipertensión arterial: se entiende como hipertenso a aquellos individuos que tienen presiones mayores o iguales a 140/90, los efectos mantenidos del alza hipertensiva sobre las arterias favorecen la aparición de la enfermedad ateromatosa dentro de otras alteraciones, por tanto, el objetivo en pacientes hipertensos es obtener niveles de presión bajo los rangos descritos. Aquellos pacientes no hipertensos, con presiones sistólicas entre 130-139 mmHg y diastólicas entre 80 – 89 mmHg, son consideradas como presiones normales altas, por lo que deben tener estricto monitoreo, por su alta predisposición a padecer dicha patología.

Factores de riesgo no modificables

Por otro lado, existen factores de riesgo que los pacientes no pueden controlar o modificar, en este sentido, el especialista habla del sexo, dado que es más frecuente en varones; la edad, pues se exacerba sobre los 45 años; las enfermedades genéticas y otras enfermedades adquiridas que aumentan el riesgo o exacerban la condición basal, tales como la diabetes o la hipertensión ya antes mencionadas. En estos casos, la mejor alternativa es la denominada prevención secundaria, es decir, manejar las enfermedades con un control adecuado y estricto, idealmente mediante pesquisa temprana.