Uno de los motivos más frecuentes por los que los niños deben recurrir a la consulta de urgencia es debido a gastroenteritis aguda, que es, en palabras sencillas, “dolor de estómago” con presencia de diarrea y vómitos. Gustavo Valderrama Burmeister, pediatra y jefe del servicio de urgencia materno-infantil de Clínica Dávila, señala que este tipo de patología tiene mayor presencia en temporada de verano, principalmente desde primavera hasta finalizar el otoño, ya que en esta época hay un mayor índice de deshidratación.

¿Qué es la Gastroenteritis?

La gastroenteritis es un cuadro de dolor de abdominal producido por una inflamación gástrica y entérica, es decir, abarca el estómago y los intestinos. Sus síntomas son dolor abdominal, vómito y diarrea. El doctor Valderrama señala que el vómito es el principal síntoma de la inflamación de estómago, mientras que la diarrea es indicativa de inflamación intestinal. Suelen presentarse al mismo tiempo y acompañadas por fiebre en un cuadro agudo de dolor al que los niños son más vulnerables en épocas de calor.

La gastroenteritis aguda se puede producir por contagio viral, transmitida por gotas de saliva al toser o estornudar, el contacto de las manos o la manipulación inadecuada de alimentos. Es un virus de incubación de corta duración, no mayor a tres días y es la más común de los cuadros de gastroenteritis. También pueden ser producidas de forma bacteriana, esto quiere decir que las bacterias pueden llegar a través de la mala manipulación de alimentos o por no lavarse bien las manos al momento de comer, lo que puede poner en contacto heces con los alimentos. Ambas tienen pequeñas diferencias en sus síntomas, aunque vale la pena señalar que la gastroenteritis bacteriana suele ser un poco más grave y requiere mayores cuidados para evitar que empeore la enfermedad, presentando síntomas como cuadros disentéricos (deposiciones o fecas con presencia de sangre) y mayores problemas de deshidratación, además de otras complicaciones menos frecuentes.

Muy por el contrario de lo que muchos pacientes piensan, el comer mucho no genera una gastroenteritis, dado que ésta sólo es una infección viral o bacteriana, como menciona el profesional de Clínica Dávila. Muchas gastroenteritis no llegan a urgencias y son tratadas en casa, sin embargo, no es lo que recomienda el facultativo.

El acudir a tiempo a urgencias puede controlar el desarrollo de gastroenteritis que pueda sufrir un menor. Si no se trata de forma adecuada, la gastroenteritis puede provocar una deshidratación severa, que puede llegar a ser mortal. Se conoce como cuadro de deshidratación cuando la cantidad de líquido expulsado (en este caso vómito y diarrea) es superior a la cantidad de líquido que se toma y absorbe. “Si las pérdidas de líquido llegan a ser mayores que las cantidades que ingresamos, podemos generar un cuadro de deshidratación. Esa deshidratación en general es leve, pero si no tiene un adecuado tratamiento, puede agravarse. Cuando se instala una deshidratación grave, se puede producir un shock, que es un estado donde el paciente no posee una cantidad suficiente de líquido circulante, y es el estado más grave de una deshidratación, denominado shock hipovolémico”.

Un shock hipovolémico ocurre cuando la persona se queda sin líquido para bombear en su sistema circulatorio, y no puede mantener la homeostasis (equilibrio corporal). Si no se actúa con rapidez, en los primeros minutos, puede producirse un paro cardiaco.

¿Cómo prevenir la gastroenteritis?

  1. Promover hábitos de higiene en niños, en particular el lavado frecuente de las manos.
  2. Mantener las superficies limpias en casa, especialmente baño y cocina.
  3. Realizar una manipulación de alimentos limpia y correcta.
  4. Vigilar los alimentos que los niños consumen, principalmente en época de calor.

Además, el especialista señala que se debe acudir de inmediato al servicio de urgencia cuando los niños presentan complicaciones con los síntomas mencionados con anterioridad. Por lo general, el tratamiento para la gastroenteritis aguda puede incluir medicamentos para detener el vómito y la diarrea, además de mantener una dieta blanda y tomar mucho líquido para prevenir un cuadro de deshidratación.