El dolor lumbociático es el dolor de la columna baja, sobre le pelvis, mejor conocida como columna lumbar. En la gran mayoría de los casos, su causa primaria se debe a lesiones degenerativas de la columna y que, además, comprimen uno o más de los nervios que se originan a nivel de la columna, denominados como raíces.

Existen diversos factores que influyen en esta lesión, desde antecedentes familiares, sobrepeso, trabajos pesados y malas posturas, generalmente al trabajar sentado.

Su principal síntoma es dolor de la columna lumbar que se irradia hacia una o ambas extremidades y que, generalmente, puede llegar hasta la pantorrilla, tobillo e inclusive a los dedos. Puede ir acompañado de pérdida de fuerza en el tobillo y pie, y sensación de adormecimiento.

Diagnóstico

Para hacer un buen diagnóstico, según el doctor Cristián Carrasco, traumatólogo de la Clínica Dávila, el médico debe indagar en el historial clínico del paciente, donde se considerará los siguientes factores: edad de la persona, tiempo de la sintomatología, el trabajo que realiza y antecedentes familiares. Además de recopilar estos datos, el médico procederá a revisar al paciente, donde examinará zonas de dolor, irradiación del dolor, déficit de fuerza, zonas de adormecimiento y test de estiramiento radicular. Según las conclusiones del historial médico y auscultación, el médico solicitará al paciente llevar a cabo algún examen específico, tales como: radiografías totales, radiografías dinámicas, resonancia de columna vertebral y, ocasionalmente, tomografía computarizada.

El tipo de tratamiento variará según la causa que origine el dolor lumbociático. Usualmente, se parte con analgésicos orales, relajantes musculares y reposo físico (si lo amerita). Esto, a su vez, deberá ser complementado con terapias físicas con kinesiólogo, con número de sesiones variables según la respuesta del paciente. En casos más complejos, el médico recurrirá a infiltraciones o a cirugía, cuando la respuesta al tratamiento médico kinésico sea negativa. La operación también será considerada como opción cuando una hernia discal tampoco responda al tratamiento. “Es bien importante que esta condición sea manejada en forma integral, donde no sólo estén involucrados el traumatólogo y el kinesiólogo, sino también nutricionistas y neurólogos, en caso de haber duda en el diagnóstico”, señaló.

Tips de prevención

  • Mantener buen control de peso corporal.
  • Buena tonicidad muscular, realizando rutinariamente ejercicios sobre la columna lumbar.
  • Evitar posiciones viciosas (es decir, si trabaja mucho tiempo sentado, que cuente con un buen apoyo lumbar posterior).
  • Realizar constantemente cambios de postura.
  • Evitar levantar peso excesivo y contar con muy buenos puntos de apoyo.
  • Hacerse controles periódicos dependiendo de la severidad de las crisis que experimente (pueden ser cada 2 o 3 meses, si el caso lo amerita).