La disfunción eréctil es una condición que puede presentar un individuo en la que existe insatisfacción sexual, para él y/o su pareja, a raíz de una erección (endurecimiento del pene)   funcionalmente inadecuada. No se manifiesta en un grupo etario en específico. Es decir, que puede presentarse en cualquier momento de la vida del hombre tras la madurez sexual.

Los síntomas más usuales son:

  • Dificultad para obtener una erección.
  • Presentar una erección con rigidez (firmeza) insuficiente para conseguir una penetración adecuada.
  • “Inestabilidad» de la erección (pérdida de rigidez durante el curso del acto sexual).
  • Presencia de más de una o todas las circunstancias anteriores.

El doctor Enrique Bley, urólogo-andrólogo de Clínica Dávila, explica que las causas de esta condición son múltiples. De hecho, la disfunción eréctil puede ser como consecuencia de sí misma, o puede ser un síntoma de otra condición de salud. Existen así patologías hormonales, neurológicas, vasculares (de los vasos sanguíneos), psiquiátricas, condiciones culturales, sociales y hasta religiosas que se pueden traducir en una alteración de la función eréctil.

Se ha logrado comprobar que, algunas patologías asociadas a alteraciones cromosómicas, se asocian a la disfunción eréctil. Actualmente, diversas corrientes de investigación están buscando líneas genéticas, demográficas y raciales que puedan ser vinculadas a este problema, sin que sus resultados sean aún concluyentes.

También se ha observado que la actividad deportiva dirigida a conseguir una abundante masa muscular suele estar asociada a la presencia de disfunción eréctil (especialmente en población joven), debido a la altísima tasa del uso de anabólicos esteroidales.

Diagnóstico

El diagnóstico de la disfunción eréctil es clínico, y se obtiene realizando una adecuada anamnesis (interrogatorio) al paciente. Los exámenes que se realizan, en el contexto del estudio de una disfunción eréctil, no son estándar. Varían de paciente a paciente según factores, como: las características de la disfunción, la edad, presencia de otras enfermedades, antecedentes de cirugías previas, adicciones y otros.

Asimismo, existen distintos niveles de disfunción eréctil. Los médicos se guían por un puntaje o score (IIEF-5) estandarizado, que indica la severidad de la condición en un intervalo de 5 a 25 puntos, y que constituye una herramienta básica y fundamental en la evaluación rutinaria de esta enfermedad.

Cabe señalar que el motivo de consulta para esta condición es cada vez más frecuente, no sólo para los médicos que se dedican a la andrología (30% del volumen de consulta) y a la urología, sino que también para internistas, médicos integrales, endocrinólogos, psiquiatras y hasta ginecólogos.

El estrés y la ansiedad pueden precipitar una disfunción eréctil y, a su vez, una disfunción eréctil produce estrés y ansiedad. Por lo que se trata de un factor siempre presente, y que debe ser tomado en cuenta al planificar un esquema terapéutico.

Tratamientos para la disfunción eréctil

“Existen tantos esquemas terapéuticos como orígenes de la disfunción eréctil. En términos simples, el paciente tiene a su disposición una amplia gama de opciones para tratarse, que van desde medicamentos de manejo sintomático (Viagra y similares) hasta manejo hormonal avanzado. También tiene la alternativa de la implantación de una prótesis en el pene”, asegura el doctor Bley.

Los controles y periodicidad de los mismos, dependerá de la causa de la disfunción eréctil y el tipo de tratamiento indicado.

Estilo de vida

El estilo de vida que lleve cada individuo, puede aumentar la incidencia de esta condición. Por este motivo, se recomienda prestar especial atención a la alimentación, el sedentarismo, la falta de sueño, el estrés, el consumo inadecuado de alcohol, consumo de tabaco y el consumo de drogas.

Estos factores, junto con otras entidades prevenibles (como la obesidad, la diabetes y la hipertensión), están directamente asociadas a la aparición y severidad de la disfunción eréctil.