Caracterizadas por diferencias de longitud entre sus miembros, las deformidades angulares de las extremidades inferiores son alteraciones que afectan la alineación de las rodillas en los niños y que están categorizadas de la siguiente forma: genu valgo (cuando el paciente está de pie y las rodillas se juntan y los talones quedan muy separados); y genu varo (cuando, a diferencia del valgo, las rodillas se ven arqueadas hacia afuera). Si bien constituyen una frecuente consulta al traumatólogo durante la etapa infantil, cabe señalar que no todas son patológicas y que, en su mayoría, caen dentro de los rangos fisiológicos conforme a la edad del paciente.

Diagnóstico

Existen dos formas clínicas para determinar la magnitud de esta condición:

 

  • Midiendo clínicamente la distancia entre los maléolos tibiales (considerado normal, por algunos estudios, hasta 7 centímetros). Esta medición debiera ser ajustada por edad y talla del paciente.

 

  • Medición del ángulo que forma la línea media del muslo con la pierna (ángulo femorotibial), el que guarda estrecha relación con el obtenido por una telerradiografía de extremidades inferiores.

El ángulo femorotibial varía según la edad. El recién nacido presenta aproximadamente 15 grados de varo (separación), el que disminuye paulatinamente hasta el año y medio en que es de 0 grados. Posteriormente aumenta el valgo en forma progresiva hasta los 3 o 4 años de vida en que llega al máximo con 18 grados; para volver a disminuir posteriormente hasta 5 y 7 grados a la edad de 7 años (situación en la que permanecerá durante la vida adulta). Es fundamental conocer esta variación fisiológica del ángulo femorotibial para interpretar correctamente el examen físico de las extremidades inferiores de los pacientes pediátricos.

Patologías

Existen otras condiciones en las que el genu varo o genu valgo puede ser patológico, tales como: magnitud superior a la adecuada para la edad del paciente o progresión inversa o acelerada respecto a la esperada para la edad. También los médicos deben prestar especial atención cuando existe alguna asimetría o si va acompañado de otras alteraciones del aparato locomotor, relacionados a: baja estatura, alteraciones endocrinas, alteraciones metabólicas o deformidades de las extremidades superiores.

En los pacientes con sospecha de angulación de origen patológica debe realizarse una radiografía de extremidades inferiores, en frontal y lateral, hemograma, VHS, calcemia, fosfemia y fosfatasas alcalinas para descartar las patologías más frecuentes.

Causas de alteraciones angulares  

  • Raquitismo por déficit de vitamina D.
  • Raquitismo vitamina D resistente.
  • Hipofosfatasia.
  • Enfermedad de Blount.
  • Secuelares por cierre parcial del cartílago de crecimiento por traumatismo, infecciones o tumores.
  • Displasias óseas.
  • Congénitas.
  • Otros.

Tratamiento

Rara vez requieren tratamiento, ya que suelen estar dentro de los rangos fisiológicos de acuerdo a la edad del paciente. Si son secundarios a una patología médica, es fundamental el adecuado manejo metabólico.

Si el cuadro es por daño secuelar se tendrá que realizar la cirugía correctora en el momento y edad de acuerdo al daño especifico que presenta. Las alternativas son la hemiepifisiodesis transitoria, la epifisiodesis definitiva y las osteotomías de alineamiento. Mientras se espera el momento más adecuado para la cirugía es recomendable que los pacientes realicen actividad física y eviten el sobrepeso.