El primer endulzante se descubrió por casualidad en 1879. Desde entonces la industria de los edulcorantes ha evolucionado y cada cierto tiempo se desarrollan nuevos productos para reemplazar el azúcar.

La nutricionista de Clínica Dávila, Margarita Del Favero, aclara algunas dudas que surgen en torno a estos productos disponibles en el mercado, para que puedas elegir con la información adecuada.

¿Hay algún endulzante que sea mejor que otro?

“La agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no destaca a ningún endulzante por sobre otro si se consume en la dosis correcta recomendada según la Ingesta Diaria Admisible (IDA). Sin embargo, edulcorantes más naturales como la stevia o tagatosa podrían ser más recomendables que otros”, dice la nutricionista.

¿Desde qué edad es recomendable utilizar endulzantes? ¿Pueden tomarlo los niños?

No se recomienda la ingesta en menores de 2 años. Sin embargo, es mejor no acostumbrar a los niños a dulzores excesivos, ya que es posible que al exponer a menores de edad a exceso de endulzante y sabor dulce, aumente el consumo de alimentos azucarados y, por ende, incremente también el riesgo de presentar exceso de peso.  Lo ideal, es que el niño consuma el azúcar natural que proviene de los alimentos (como por ejemplo de la fruta) y evitar los azúcares refinados y de endulzantes.

Las personas con diabetes o resistencia a la insulina, ¿deben tener algún cuidado especial con los endulzantes?

El uso de endulzantes en personas con diabetes ayuda a controlar y no altera las glicemias. Por esto, para personas que están acostumbradas al consumo de bebidas y productos azucarados, el uso de endulzante ayuda a reducir la ingesta de carbohidratos y mejorar el control glicémico.

Sin embargo, existen estudios observacionales que muestran que el consumo excesivo de edulcorantes no calóricos podría estar asociados con el aumento de peso e incremento de la resistencia a la insulina. ¿La razón? Al parecer, el sabor dulce podría activar receptores que promueven la secreción de insulina, el consumo de alimentos dulces (aún sin calorías) podría alterar la sensación y señales metabólicas, aumentando la sensación de hambre por alimentos azucarados. Además, es posible que endulzantes como el aspartame, sacarina y sucralosa tengan un efecto negativo sobre la microbiota intestinal (conjunto de bacterias que alojan en el intestino), pudiendo también tener efectos sobre la tolerancia y metabolismo de la glucosa.

En el caso de las bebidas light o zero que también contienen edulcorantes. ¿Por qué se recomienda también una disminución en su consumo?

“Las últimas guías de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) refieren que para aquellas personas que consumen bebidas (líquidos) azucaradas, una bebida sin azúcar puede ser una estrategia de reemplazo, siempre y cuando sea a corto plazo. Sin embargo, lo ideal es recomendar que las personas disminuyan el consumo tanto de bebidas azucaradas como las con endulzantes no calóricos (light/zero) y enfatizar en la ingesta de agua como la opción saludable.  Esto se debe a todo lo indicado anteriormente, ya que se ha visto que los edulcorantes artificiales parecieran no ser tan inocuos como se creía en un comienzo si se consumen en altas dosis”, concluye la especialista.