Las convulsiones febriles son otro tipo de trastorno paroxístico dentro del campo de la neurología (evento que ocurre en la vida del paciente y que se sale de su normalidad) y que no entra dentro de las categorías de epilepsias. Suele manifestarse entre los cinco meses a cinco años de vida (rango de edad). Generalmente presenta su primera crisis al año, o año y medio de edad; y son autolimitadas (duran aproximadamente un minuto).

Causas

Usualmente las convulsiones febriles se revelan en niños que tienen un resfriado con infección leve. Justo cuando está subiendo la temperatura, ocurre la convulsión. Por este motivo, muchos padres llegan a urgencia, sin haber podido detectar previamente la fiebre en su hijo. También puede surgir por condiciones relacionadas a la edad y predisposición genética.

“En muchos casos, es un cuadro benigno, pero siempre debe consultar al servicio de urgencia. La importancia de esta consulta es que, al haber fiebre, se tiene que descartar que no es producida por una infección, como la meningitis o encefalitis”, explica la doctora Francisca López, neuróloga infantil de Clínica Dávila

Luego de observar la evolución, hay que diagnosticar si fue solamente una convulsión febril o una convulsión dentro del contexto epiléptico (que el niño tuviera predisposición a la epilepsia y la fiebre lo gatilló).

Síntomas

El principal síntoma es la convulsión que, en lenguaje médico, se categoriza como convulsión tónico-clónica generalizada.

Ojo: No se considera la fiebre como un síntoma pues, tal como se mencionó antes, el episodio ocurre antes que los padres puedan detectar la fiebre (sucede durante la subida de temperatura).

Tratamiento

El tratamiento dependerá de cada paciente, pero en general, no se receta medicamento de manera permanente.

Sí se deja prescrito a los padres medicamentes intermitentes. Esto significa que, si el paciente tiene una crisis, los padres le pueden dar el remedio para estabilizarlo.

Habitualmente se indica medicamento rectal u oral, pero ambos con receta y bajo supervisión médica.

Qué hacer si mi hijo tiene una convulsión febril

  1. Tenderlo en el suelo de lado. De esta forma, evita que se pueda ahogar con su vómito o saliva.
  2. Darle el remedio prescrito por el médico. Si no había experimentado una crisis antes, se recomienda sacar hora con un neurólogo infantil, lo más pronto posible.
  3. Mantener controles con especialistas.