La vesícula biliar es un órgano del aparato digestivo cuya misión es almacenar la bilis producida por el hígado, que es necesaria para digerir las grasas de la dieta. El médico de Clínica Dávila, Cristián Gamboa, cirujano general y digestivo, nos cuenta detalles que nos permitirán saber si somos candidatos para visitar al cirujano y cómo cuidarnos para evitar este tipo de dolencias.

En tanto, es necesario señalar que existen algunos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de tener cálculos a la vesícula (colelitiasis), por ejemplo, ser mujer, el embarazo, la obesidad o sobrepeso, antecedentes familiares de cálculos biliares y la baja de peso rápida. Por ello, si existe dolor abdominal o al comer alimentos ricos en grasas se siente algún tipo de malestar, lo recomendable es acudir a un especialista en cirugía digestiva o gastroenterología.

¿Cómo identificar una patología en la vesícula?

El doctor Gamboa señala, que dentro de su especialidad una de las dolencias más frecuentes en Chile “es la colecistitis aguda, que es la inflamación aguda de la vesícula usualmente producida por la presencia de cálculos. Otro riesgo importante de tener cálculos en la vesícula es que se encuentra aumentada la probabilidad de desarrollar cáncer vesicular, así como también enfermedades inflamatorias como la pancreatitis aguda”. El principal síntoma de los cálculos biliares es el dolor en la parte superior del abdomen, aunque puede ser una patología silenciosa y no dar síntomas en muchas ocasiones. Afortunadamente el diagnóstico puede realizarse con un examen no invasivo y generalmente asequible, la ecotomografía abdominal.

Tratamiento de las dolencias en la vesícula

El tratamiento de la colelitiasis, ya sea sintomática o no, es un procedimiento quirúrgico conocido como Colecistectomía Laparoscópica, es decir, “que se extirpa la vesícula con los cálculos por un método mínimamente invasivo a través de unos orificios pequeños en el abdomen”, comenta el doctor Gamboa.

Recuperación de una Colecistectomía Laparoscópica

“Este procedimiento quirúrgico es prácticamente ambulatorio y tiene una recuperación rápida. Habitualmente los pacientes se van de alta el mismo día o al día siguiente de la cirugía con una recuperación en casa de unos siete a diez días para luego reinsertarse en su trabajo o actividad”, dice el médico Cristian Gamboa.

Dieta post operación 

Tal como ocurre en la gran mayoría de los procedimientos quirúrgicos, luego de esta intervención los pacientes operados deben mantener una dieta sana y balanceada, especialmente baja en grasas, con el fin de facilitar la adaptación del sistema digestivo a su nueva realidad sin vesícula. Estos cuidados deben prolongarse al menos por cuatro a seis semanas, incorporando lentamente alimentos grasos.

De todos modos, los pacientes que no tienen vesícula, si siguieron todos los cuidados señalados por su médico en el periodo postoperatorio, no suelen padecer problemas ni efectos secundarios tras su período de recuperación.