Según la OMS, la infertilidad es una enfermedad que afecta tanto a hombres como mujeres, quienes se ven imposibilitados para concebir un hijo de manera natural, después de por lo menos un año de intentarlo.

Según la ginecóloga de Clínica Dávila, Karina Sequeira, existen múltiples posibles factores causantes de infertilidad, como, por ejemplo: la postergación de la maternidad, las infecciones de transmisión sexual, la obesidad y la endometriosis, entre otros.

Infertilidad por postergación

Durante los últimos años éste ha sido el motivo que más ha aumentado las visitas médicas por motivos de infertilidad.

Las mujeres tienen una cantidad finita de ovocitos durante su vida. Es por esto que con el paso de los años se agotan, provocando así que no sea fácil y, en algunos casos, no sea posible concretar un embarazo de manera normal.

“La mujer está dejando de tener hijos a los 20 y a los 25, y ahora los quiere a los 35 o 40 años. Si estás teniendo un hijo a los 40, la tasa de éxito ya es baja, es un 5% o 10% en lugar de un 20 %. De hecho, a los 43 se considera que es de un 1%”, comenta la especialista.

La infertilidad por postergación se puede detectar gracias a un examen de sangre que mide los niveles de la hormona antimulleriana (AMH). Esta, que es secretada por el ovario, se libera en menor cantidad con el paso de los años, indicando así, cuantos ovocitos potenciales tiene la mujer.

Infecciones de transmisión sexual

La gonorrea y la chlamydia son dos infecciones de transmisión sexual que pueden dificultar o incluso impedir que las parejas logren tener hijos.

Estas y otras infecciones pueden producir adherencias en las trompas de Falopio, las que obstruyen la llegada del óvulo al útero. Esto impide lograr la fecundación, por lo que entorpece el lograr embarazarse.

Una de las mayores dificultades de las infecciones es que “cuando tú tienes una enfermedad de transmisión sexual de este tipo es muy difícil que lo sepas, porque estas infecciones parten en el cérvix, entonces es muy difícil que te den algún tipo de flujo o dolor, muchas son asintomáticas”, explica la especialista.

Lamentablemente, a pesar de que en algunos casos se pueden reconstruir las trompas, no siempre es efectiva la cirugía, quedando así sin funcionalidad.

Sin embargo, igual que en el caso de la infertilidad producto de la postergación, quienes sufren de infecciones de transmisión sexual pueden lograr embarazarse, a través del mismo procedimiento, la fertilización in vitro o de alta complejidad.

Obesidad

El sobrepeso y la obesidad son uno de los grandes problemas de salud que, por malos hábitos, pueden llegar a producir una infertilidad.

Una mujer obesa puede sufrir de diversos desequilibrios hormonales, al punto que puede llegar a desarrollar síndrome de ovario poliquístico, hiperinsulinemia, y/o trastornos tiroideos. Todos estos problemas afectan directamente la fertilidad.

También, quienes sufren de obesidad tienen mayor riesgo de tener diabetes, enfermedad que se caracteriza por su exceso de glucosa en la sangre y que incluso puede provocar una alteración de la ovulación.

Sin embargo, esta no es irreversible, ya que, al cambiar los hábitos alimenticios, hacer ejercicio y en algunos casos llegar a operarse, tras la baja de peso fácilmente la mujer podría superar la dificultad de embarazarse. Por ejemplo, “una mujer que pesa 89 kilos, debería bajar entre 9-10 kilos, y eso quiere decir que va a ovular sola”, comenta la ginecóloga.

Endometriosis

Es una enfermedad que se caracteriza por el crecimiento anormal de tejido fuera del útero. Su detección se logra gracias a la sospecha por el especialista y a sus efectos indeseados, como dolor pélvico crónico, dolores menstruales y periodos abundantes, entre otros.

La fertilidad se ve directamente afectada, porque la endometriosis al producir tejido en lugares que no corresponde “puede llevar a que las tubas no sean funcionales, y esto puede hacer que no se embarace”, explica.

A pesar de que no se podría quedar embarazada de manera normal, sí se podría realizar un tratamiento de fertilidad para estos casos, siempre y cuando se diagnostique correctamente la enfermedad y se trate.

Finalmente, cabe destacar que, si llegara a presentar algunos de los síntomas o tiene sospechas de que podría tener alguna de estas enfermedades, es fundamental una atención ginecológica a tiempo, para así poder comenzar un tratamiento lo antes posible y revertir la situación con menor complejidad.