El cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres y el tercero en mortalidad en nuestro país, por lo tanto, su detección temprana es de vital importancia, ya que en etapas iniciales no genera síntomas y tampoco existe forma de prevenirlo.

El doctor Cristián Urzúa, urólogo de Clínica Dávila, afirma que “en el cáncer de próstata, como en la mayoría de los cánceres, la detección precoz es fundamental, ya que esto permite diagnosticar la enfermedad en etapas iniciales donde las probabilidades de curación son mayores y los tratamientos permiten mejores resultados”.

En relación a los exámenes preventivos o screening, el especialista asegura que en el cáncer de próstata se realizan básicamente dos acciones:

–  La palpación o tacto rectal de la próstata: examen físico realizado por el urólogo en la consulta, que consiste en la palpación de la próstata a través del recto. Por medio de este examen el especialista puede evaluar el tamaño y principalmente la consistencia de la próstata detectando áreas sospechosas de cáncer.

Prueba de antígeno prostático específico: examen de sangre que mide el antígeno prostático específico (abreviado por sus siglas en inglés, PSA), enzima que produce la próstata. Esta molécula se eleva en los pacientes que presentan cáncer de próstata y permite, de esta forma, evaluar el riesgo de padecer esta enfermedad.

Específicamente sobre este último examen, el doctor Urzúa explica que “en el caso de detectar  que el antígeno prostático está elevado o se encuentra alguna anomalía en la próstata, se considera una señal de alerta y se deben realizar estudios complementarios que puedan descartar otras patologías o confirmar el diagnóstico de cáncer de próstata”.

Sobre la edad y periodicidad con que se deben realizar los exámenes preventivos, el urólogo señala que “no existe un acuerdo absoluto sobre a qué edad es la indicada para iniciar los controles preventivos de cáncer de próstata, sin embargo, se acepta que estos controles debieran iniciarse a los 45 años y realizarse una vez al año”.

Asimismo, el especialista aclara que en el caso de pacientes con antecedentes familiares de cáncer de próstata (papá, abuelo, hermanos) estos controles deberían empezar en forma más precoz a los 40 años.