Cuando el equipo médico le confirmó que necesitaba un trasplante de médula ósea, su hija pudo ser donante. 

José Navarrete tenía claro cuál podía ser su diagnóstico. Comenzó con un fuerte dolor en ambas piernas, lo que rápidamente atribuyó a un problema de várices. Sin dejar pasar el tiempo, acudió donde un especialista, quien lo evaluó y le pidió exámenes complementarios.  El resultado del hemograma arrojó el diagnóstico definitivo. 

“Creyendo que los dolores de mis piernas eran ocasionados por várices, decidí operarme. Dentro de los exámenes preoperatorios me efectuaron un hemograma, el cual reveló distorsión en ciertos indicadores claves, descubriendo así la verdadera patología”, señala José.

Así fue como él fue derivado al hematólogo, especialista en enfermedades de la sangre, donde determinaron que la causa de sus malestares era una leucemia linfoblástica aguda, cáncer que se produce por el crecimiento rápido de un tipo de glóbulos blancos. 

«Esta es una patología hemato-oncológica de la médula ósea, la cual se enferma y genera un aumento de  linfoblastos, un glóbulo blanco patológico que crece rápidamente y reemplaza a las células normales de la médula», explica el Dr. Hernán López Vidal, hematólogo y jefe de la unidad de trasplante de progenitores hematopoyéticos de Clínica Dávila.

José explica que comenzó con quimioterapia como principal tratamiento, sin embargo, luego de algunas sesiones, el comité hematológico de Clínica Dávila determinó que era necesario un trasplante de médula ósea. 

“Cuando me informaron sobre la necesidad de efectuar el trasplante, también me hicieron ver que este solo era posible si existían donantes compatibles. Al ser mis hermanos personas mayores, la búsqueda fue dirigida a mis hijos”, asegura el paciente. 

Daniela, la hija mayor de José, aceptó someterse a las pruebas para poder determinar si era compatible con su padre. Tras el estudio, resultó ser apta para poder ser su donante. “Fue muy grato que ella resultara compatible. La donación es un verdadero acto de amor que, aparte de lo biológico, crea y fortalece mucho los lazos afectivos. La verdad, estoy tan feliz que solo me queda agradecer, a mi hija y a la Clínica”.

Actualmente, José continúa realizándose exámenes y controles periódicos para ir monitoreando su avance.

Fecha de publicación: 23/06/22