Un trasplante de corazón era su única opción para seguir viviendo y, tras el procedimiento, poco a poco retoma su vida normal. 

Después de sufrir un infarto, Jaime Chavarría de 54 años, comenzó un tratamiento y controles periódicos, hasta que empezó a sufrir descompensaiones y le detectaron líquido en los pulmones a raíz de una falla ventricular. Es por esto que fue hospitalizado en Clínica Dávila Recoleta, a la espera de un diagnóstico definitivo. 

Finalmente me detectaron un problema en el corazón que no tenía cura. Mi única opción era un trasplante. Estaba preocupado, no era lo que yo esperaba, pero era lo único que se podía hacer”, recuerda el paciente tras enterarse de la noticia.

El edema pulmonar que sufrió Jaime nació por una insuficiencia cardíaca que resultó terminal, entonces, con el equipo médico que lo estábamos evaluando, realizamos todos los estudios y preparativos a la espera de que llegase el donante para él”, señaló el Dr. Andrés Kursbaum, cardiocirujano de Clínica Dávila Recoleta. 

Tanto el paciente como el equipo eran conscientes de que el trasplante podía demorar bastante hasta encontrar un órgano compatible, pero tras dos meses de espera, y gracias a la voluntad de un donante y su familia, apareció un candidato idóneo. Así, se llevó a cabo el trasplante cardíaco número 51 en Clínica Dávila Recoleta. 

Tras 89 días internado, Jaime recuerda con cariño su estancia en la Unidad Coronaria, donde el equipo de especialistas le entregó todos los cuidados necesarios antes y después de la operación. “Me saco el sombrero con ellos, el trato fue muy grato con todos, me ayudaron a que la espera se hiciera corta y amena” señala el paciente. 

La clave, apunta Jaime, fue la realización de estudios apenas aparecieron anomalías, que permitieron diagnosticar a tiempo la enfermedad y la necesidad de un trasplante. En sus palabras “la prevención es lo más importante, yo tuve un infarto con una vida sana y sin enfermedades de base, que señal más potente que esa de que algo andaba mal. No hay que dudar en visitar a un especialista y hacerse los exámenes correspondientes”. 

Hoy, Jaime poco a poco está retomando su vida normal, siguiendo su recuperación con controles y cuidados en Dávila, después de la intervención que le entregó un nuevo corazón y una nueva oportunidad.