El cáncer de mama, sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer entre las mujeres chilenas y también en el mundo. Además, como se trata de una enfermedad que, entre otros factores, tiene relación con la expectativa de vida, en la medida en que las mujeres vivan más años, tienen también más riesgo de desarrollar esta enfermedad.

En la mayoría de los casos, parte del tratamiento además de quimio o radioterapia, se indica también la cirugía para remover el tumor.

La doctora Camila Concha, cirujana especialista en cáncer de mama de Clínica Dávila, explica que en algunas situaciones, es posible que esta cirugía se pueda realizar en forma ambulatoria sin que la paciente deba ser hospitalizada durante más de un día, un modelo de atención que se conoce como Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) y que hace un par de años se está aplicando en esta institución.

¿En qué tipo de cáncer se puede indicar la Cirugía Mayor Ambulatoria?

“Se pueden operar aquellos tipos de cáncer de mama en los que se realiza una mastectomía parcial con o sin biopsia de linfonodo centinela”, señala la especialista.

La mastectomía parcial es una cirugía en la que se extrae el tumor y parte del tejido que lo rodea, conservando la mama pero sin tocar la mama. En algunos casos, se pueden extraer los ganglios linfáticos debajo del brazo para hacer una biopsia.

Esta cirugía también se conoce como cirugía conservadora, precisamente porque preserva buena parte del tejido mamario.

¿Cómo es la cirugía?

Una Cirugía Mayor Ambulatoria en cáncer de mama, dice la doctora Camila Concha, es una cirugía es de mediana complejidad. “Habitualmente dura entre una y dos horas, según el tipo de procedimiento realizado”, agrega.

En general, “los pacientes deben ingresar a las siete de la mañana en caso de requerir una marcación preoperatoria o bien dos a tres horas antes de la cirugía cuando no es necesario algún tipo de procedimiento pre operatorio”.

Esta cirugía, se realiza bajo anestesia general (total) y tras cuatro o seis horas de observación, “tiempo en el que el paciente inicia la alimentación y se evalúa si ha tenido una evolución sin dolor o con apenas molestias leves que se pueden manejar con medicamentos orales”. Si la respuesta es positiva, entonces se le da el alta pata que regrese a su casa “con indicaciones precisas y citación a control postoperatorio dentro de la semana siguiente a la cirugía”, explica la cirujana de Clínica Dávila.

Para determinar qué pacientes pueden ser intervenidos con este modelo de atención se han determinado algunos criterios.

El primero, tiene que ver con el sistema de clasificación que utiliza la Sociedad Americana de Anestesiología (ASA,  por sus siglas en inglés) y que se utiliza para estimar el riesgo que puede tener la anestesia en determinado (a) paciente.

El paciente que se opera bajo el modelo de Cirugía Mayor Ambulatoria tiene que ser un paciente saludable no sometido a cirugía electiva con anterioridad (ASA clase 1); un paciente con enfermedad sistémica leve, controlada y no incapacitante (ASA clase 2) que puede o no estar relacionada con la causa de la intervención;  o bien, un paciente con enfermedad sistémica grave, pero no incapacitante (ASA clase 3) como una cardiopatía severa o descompensada o una diabetes mellitus no compensada, una insuficiencia respiratoria de moderada a severa. En el caso de ASA 3, debe contar con un pase del anestesista.

Además, dice la doctora Concha, se exige que el paciente tenga un Índice de Masa Corporal menor a 35, un riesgo de apnea con una evaluación menor a 3, que tenga domicilio en la Región Metropolitana , con una red de apoyo en su domicilio, que posea un vehículo de traslado y tenga la escolaridad media completa.

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