Una completa revisión sobre los aspectos más relevantes de la depresión en jóvenes y adolescentes, sus síntomas y prevención, fueron abordados en un nuevo Dávila en Vivo.

En la oportunidad, la psicóloga de niños y adolescentes, Ayleen Gemmel, especialista de Clínica Dávila, respondió las principales dudas de nuestros seguidores en Facebook.

Al inicio de la conversación, la profesional se refirió a la multiplicidad de señales a las que deben estar atentos tanto padres como profesores y compañeros, y que podrían indicar que se está frente a una depresión.

Entre estos síntomas se encontrarían:

  • Cambios de conducta.
  • Alteración de hábitos de sueño.
  • Variaciones en la alimentación.

“Puede afectar su capacidad de disfrutar o de pasarlo bien, por ejemplo, o que estén presentando bajo rendimiento escolar. Lo clásico es que los papás digan que el hijo está muy irritable, pesado” explicó la psicóloga.

Y agregó que, “son varios signos que pueden estar presentes, como los sentimientos de desesperanza o que de una u otra manera mencionan que no quieren seguir viviendo”.

También manifestaciones físicas, como constantes dolores de cabeza o de estómago, deberían ser señales de alerta.

Asimismo, indicó que no son siempre los mismos síntomas en todos los casos y que pueden confundirse con rasgos de la adolescencia. Esa etapa del desarrollo donde se presentan

muchos cambios físicos, emocionales, neurológicos.

Por esa razón, en algunos casos se realizan exámenes para descartar que no exista otra enfermedad, como por ejemplo un mal funcionamiento de la tiroides u otros problemas hormonales.

¿Cómo abordar la depresión en niños y adolescentes?

La especialista señaló que idealmente el abordaje debe ser un trabajo complementario entre psicólogo y psiquiatra.

No obstante, va a depender también de la cantidad de tiempo que el adolescente lleve presentando la sintomatología y cuál sea la gravedad de esta.

Expresó que lo regular es realizar sesiones semanales, donde la terapia tiene como objetivo principal ayudar a los pacientes en el desarrollo de habilidades que permitan salir de los estados en los que se encuentran.

También se trabaja con los padres y personas significativas para mejorar la comunicación, aprender a contener y poner normas y límites.

“Lo que trabajamos con ellos es favorecer un espacio de contención. Donde los escuchen, donde escuchen sus emociones. Generalmente, como padres tendemos a racionalizar mucho lo que están pasando, a darles las explicaciones lógicas de lo que están sintiendo, pero no escuchamos su emoción. La emoción, en general, se corta”, contó.

Padres sobreprotectores

Según manifestó la psicóloga de niños y adolescentes, en el último tiempo ha observado que los jóvenes están tolerando cada vez menos la frustración, que quieren todo de una manera más inmediata, lo que estaría muy relacionado a la forma en la que se están relacionando con sus padres.

“Hay chiquitos que no alcanzan a hacer ´eh, eh´ y la lo tienen todo. Hacen la pataleta en el supermercado y uno termina comprando todos los juguetes. De esa manera, lo que hacemos es que toleren muy poco la frustración. En estricto rigor, a los niños hay que demostrarles que no todo puede ser inmediato, no pueden tener todo lo que quieran, y ese es un trabajo que hay que empezar a hacer con los papás”, puntualizó la experta.

“Y ahí es donde muchas veces nos encontramos con papás sobreprotectores. Yo creo que ahí está mal entendido el término de sobreprotección con la contención, con el amor, con pasar tiempo con ellos, pero en los niños es necesario ponerles normas y límites”, agregó.

Además, Ayleen Gemmel destacó que los adolescentes en general son ahora muy autoexigentes o muy dependientes.

Esto, porque al tener a sus padres constantemente pendientes de ellos, no han desarrollado habilidades para poder enfrentar las dificultades.

“Debemos permitirles que caigan, debemos permitirles que se equivoquen”, apuntó.

Recomendaciones para prevenir una depresión

Estar presentes, atentos, dedicando tiempo de calidad y generando instancias para compartir son los principales consejos que entrega finalmente la psicóloga.

“Que se hagan el hábito, que ellos sepan que, por ejemplo, antes de acostarnos, vamos a pasar un tiempo de calidad con ellos; a lo mejor no hablando de cosas importantes, hablando de cualquier cosa, pero desde ahí van a aparecer conversaciones importantes, desde ahí van a sentir que nos tienen, que uno cuente con ciertas rutinas, que los acompañen en sus cosas importantes, que pasen tiempo con ellos”, subrayó.

La especialista aclaró que así es cómo se descubren los aspectos importantes.

“Por ejemplo, en los adolescentes que comienzan a auto agredirse, muchas veces los papás no se han dado cuenta de esto, porque efectivamente se tapan, se cubren. Entonces, hay que ocuparse de todas estas señales de desesperanza, de soledad; que noten cambios importantes en alimentación, niños que dejen de comer, que adelgacen, o, todo lo contrario, que se pongan más ansiosos y estén comiendo todo el tiempo. Ahí hay señales a las cuales hay que estar atentos y los invito a eso, a dudar y preguntar”, declaró.

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