Si bien todas las personas tienen un grado imperceptible de temblor en los movimientos que realizan, hay quienes presentan esta patología de forma más pronunciada, muchas veces impidiendo el desarrollo normal de su vida cotidiana. Los trastornos del movimiento en general están causados por un desorden o descontrol en los ganglios basales, grupos neuronales ubicados en la corteza cerebral, encargados de dar un acabado perfecto a los movimientos, estabilidad y precisión. Esto es lo que se conoce como motricidad fina. Las causas de estos trastornos radican en la genética, y en algunos casos como secuelas de lesiones cerebrales.

Uno de los trastornos de movimiento más frecuentes es lo que se denomina “Temblor Esencial”, una enfermedad heterogénea, que afecta a hombres y mujeres por igual y puede presentarse a cualquier edad, aunque sobre los 40 años es más probable. Sobre los 65 años se estima que una de cada cinco personas la padece, y comúnmente en los adultos mayores suele ser confundida con Párkinson. Es un movimiento muscular involuntario que aparece de repente, sin causa que lo provoque, y puede darse tanto en la postura como en un movimiento intencionado.

¿En qué músculos puede afectar el Temblor Esencial?

En general, los temblores esenciales pueden producirse en cualquier parte del cuerpo, sin embargo, estos son los más comunes:

  • Extremidades superiores.
  • Cabeza.
  • Mandíbula.
  • Laringe.
  • Tronco.
  • Cara.
  • Extremidades inferiores (ortostático).

La neuróloga Mireya Balart, especialista en Trastornos del Movimiento de Clínica Dávila, señala que el temblor esencial “Es un temblor generalmente de acción, por ejemplo, cuando yo, en el caso de las extremidades superiores, llevo la bandeja, tomo la taza o voy a tomar el cepillo de dientes, pero no es un cuadro progresivo degenerativo como el Párkinson, por ejemplo. O sea, casi nunca va a tener nunca otra complicación que no sea temblor”.

Este temblor esencial suele tener un componente genético en sus causas y es frecuente que exista más de un miembro de la familia que lo sufra. Puede ser estático durante toda la vida o aumentar en intensidad con el paso del tiempo. El temblor esencial no es un grado de severidad de una distonía (movimientos musculares involuntarios), sino que una enfermedad independiente, que puede ir desde grado liviano o leve, a severo, complicando el diario vivir de la vida de una persona, invalidándola completamente.

En su grado leve, una persona puede desenvolverse con normalidad en su vida cotidiana con pequeños temblores que pueden ser imperceptibles, o que no significan un impedimento para su rutina diaria. En su grado más severo una persona podría incluso no poder alimentarse por sí misma al botar la comida por los temblores de sus extremidades.

Tratamiento para el Temblor Esencial

Al igual que otros trastornos del movimiento, el temblor esencial no tiene una cura. Si bien en la mayoría de los casos el padecer esta enfermedad no significa invalidez, existen tratamientos con Toxina Botulínica de uso clínico que puede mejorar considerablemente la calidad de vida de los pacientes.

Utilizada también de forma cosmética o estética (con el nombre comercial Bótox) para la reducción de arrugas y líneas de expresión, el tratamiento con Toxina Botulínica de uso clínico representa un medicamento de primera línea en el combate contra los trastornos de movimiento. La especialista de Clínica Dávila señala que la intervención con la toxina es ambulatoria y poco dolorosa. Su vía de administración es intramuscular o subcutánea con una inyección superficial, para la que no se necesita mayor preparación previa o anestesia.

La toxina botulínica, señala la doctora Balart, “bloquea la actividad muscular. Un músculo que esté hiperactivo como en el caso de las distonías, o un músculo también hiperactivo secuelado, por ejemplo, con un accidente vascular, dejará de sufrir espasmos involuntarios, evitando así la hipercontractura, soltando la musculatura”. Este tratamiento debe aplicarse cada 3 a 5 meses.

De acuerdo con lo indicado por la neuróloga, esta intervención tiene muy pocas contraindicaciones y los resultados son habitualmente muy buenos, con cambios que pueden ser notados por los pacientes a los dos días de la intervención, mejorando de forma inmediata la calidad de vida de quienes sufren de Temblor Esencial en cualquiera de sus grados.

Lamentablemente, el temblor esencial no puede prevenirse de ninguna manera, ni con alimentación saludable, actividad física regular o manteniendo un peso adecuado. Sin embargo, teniendo la enfermedad, el consumo de alcohol, tabaco, bebidas, y café en grandes cantidades pueden aumentar el grado del temblor, al igual que estar sometido a presión, ansiedad o estrés.

Señala también la especialista que el temblor esencial con otros tipos de distonías y también con Párkinson, especialmente en aquellos pacientes que durante toda su vida han sido temblorosos, y que al llegar a la tercera edad comienzan a presentar síntomas de Párkinson, deben consultar con un especialista.