La artritis idiopática juvenil, también denominada artritis reumatoide juvenil, es el tipo de artritis más común en los menores de 16 años.

Esta enfermedad reumatológica compromete el sistema músculo esquelético, particularmente las articulaciones, produciendo dolor y entumecimiento.

Si bien no tiene una causa definida, se estima que es una enfermedad autoinmune y que existe una predisposición hereditaria que se gatilla frente ciertos factores ambientales como un virus. Así, el sistema inmunológico equivocadamente comienza a atacar partes de su propio organismo, como las articulaciones.

Síntomas

En general, esta enfermedad presenta síntomas que pueden ser distintos entre cada niño, pero entre los más frecuentes se encuentran:

  • Inflamación de las articulaciones, en especial en las más grandes, como las rodillas.
  • Dolor de las articulaciones, que suele manifestarse con una leve cojera, aunque el niño no indique molestia.
  • Rigidez y leve torpeza, en especial en las mañanas.

Tal como otros tipos de artritis, la artritis idiopática juvenil presenta épocas donde los síntomas se exacerban y otros en los que desaparecen. Además, en algunos niños estos síntomas pueden estar presente por algunos meses, mientras que en otros se manifestarán de manera crónica durante el resto de sus vidas.

“Todo lo anterior hace más difícil que los padres puedan identificar los síntomas y retrasa la consulta y diagnóstico temprano, lo que justamente reduce las posibilidades de entregar el tratamiento oportuno”, comenta la doctora Carmen Navarrete, inmunóloga infantil de Clínica Dávila.

Los especialistas recomiendan consultar cuando los síntomas se presentan por más de una semana. El diagnóstico suele ser realizado por el pediatra o el traumatólogo infantil, quien derivará al reumatólogo infantil para confirmar el diagnóstico y definir el tratamiento a seguir.

Tratamiento

“Si bien la artritis idiopática juvenil no tiene cura, el diagnóstico precoz es muy importante para tratarla adecuadamente y prevenir complicaciones a largo plazo, como problemas en el crecimiento y daño las articulaciones y los ojos”, explica la doctora.

El tratamiento, que puede incluir una combinación de medicamentos, ejercicios, órtesis y fisioterapia, tiene como principal objetivo controlar la inflamación y el dolor, mejorar la funcionalidad y prevenir el daño articular.

También han surgido en el último tiempo las terapias biológicas, nueva clase de medicamentos que se utilizan cuando el tratamiento general no es efectivo.

Esta patología está cubierta por el GES.