Si bien es común sentir ansiedad en algún momento, cuando la preocupación y los miedos se vuelven persistentes, más intensos y excesivos, se habla de un trastorno de ansiedad, un estado que cada vez se asocia más a la vida moderna.

De hecho, según un estudio presentado en 2017 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Chile hay 1.100.584 personas que presentan esta patología, lo que corresponde al 6,5% de la población.

El doctor Daniel Elgueta Muñoz, psiquiatra de Clínica Dávila, explica que este trastorno se caracteriza por nerviosismo, irritabilidad, sensación de peligro inminente, inseguridad, temor, aprensión, pensamientos negativos, problemas de concentración y dificultad para tomar decisiones. “Es la respuesta que la especie humana ha desarrollado ante las situaciones que considera peligrosas y que, en la actualidad, puede desencadenarse frente a ciertos sucesos inofensivos, pero que se identifican como una amenaza”, indica el profesional.

Así, las situaciones de estrés o eventos traumáticos, junto a factores hereditarios que lo hacen más vulnerable, serían los principales factores que llevarían a un paciente a presentar ansiedad. En general, suele aparecer en la infancia o adolescencia y permanecer hasta la adultez.

Existen diferentes tipos de trastornos ansiosos, entre los que se cuentan el trastorno de angustia con y sin agorafobia (miedo a ciertos lugares y espacios);  fobia específica y social; trastorno por estrés postraumático, obsesivo compulsivo, por estrés agudo, de ansiedad generalizado o por ansiedad inducido por sustancias.

¿Cuándo consultar?

Cuando la preocupación, miedo o ansiedad se vuelve difícil de controlar, perduran en el tiempo, son desproporcionados e intervienen en la vida diaria del paciente, se recomienda consultar a un especialista. Mientras antes se busque ayuda, mejores serán los resultados del tratamiento.

¿Cómo se diagnostica?

En la consulta, el médico generalmente realizará una evaluación física, con la indicación de varios análisis, junto a un examen psicológico que permita descartar la relación con alguna otra enfermedad o que esté atenuada por el consumo de algunos medicamentos.

¿Cómo se trata?

El tratamiento indicado para este trastorno contempla, en general, la combinación de fármacos con la psicoterapia cognitiva conductual, que se basa en entregar al paciente herramientas para el manejo de sus síntomas y emociones. Además, el doctor Daniel Elgueta Muñoz recomienda privilegiar los estilos de vida saludables, con alimentación adecuada y suficiente descanso.