Fumar un paquete cigarrillos al día (20 unidades) durante 40 años multiplica por veinte las probabilidades de desarrollar un cáncer de pulmón, así como de tumores en otras localizaciones, porque el tabaco no sólo está relacionado con esta enfermedad específica.

¿Por qué nos enferma fumar?

“El humo del cigarrillo contiene cantidades importantes de agentes cancerígenos conocidos. En la larga lista, destacan los hidrocarbonos aromáticos policíclicos, las nitrosaminas, aminas aromáticas y los metales”, señala el doctor Pablo Mena, cirujano de Toráx de Clínica Dávila.

Estos compuestos causan apoptosis celular (muerte de las células) y daños en el ADN de las células.

“Esto ocurre porque los mecanismos reparadores, aunque logran recuperar la información genética dañada, frente a la exposición crónica a los carcinógenos, se producen mutaciones en genes encargados de controlar la división, proliferación y crecimiento celulares”, detalla el especialista.

Además, los compuestos carcinogénicos presentes en el humo del tabaco producen mutaciones en el gen p53, un gen relacionado con el crecimiento y proliferación celular. “Los hidrocarburos aromáticos policíclicos presentes en el humo del cigarrillo se convierten en sustancias carcinogénicas”, dice el doctor Mena.

Por su parte, la nicotina se une a receptores específicos en las células epiteliales del tracto respiratorio y crea un escenario propicio para la carcinogénesis y promueve también la formación de vasos sanguíneos (angiogénesis) asociada al crecimiento tumoral y la migración celular.

No todos los fumadores desarrollan cáncer

A pesar del efecto carcinogenético del tabaco, algunos fumadores no desarrollan cáncer pulmonar, mientras que un porcentaje de personas que nunca ha fumado, sí lo hacen.

¿La razón? “Existen complejas interacciones entre carcinógenos ambientales y factores genéticos, las que se han ido esclareciendo lentamente. Hay evidencias de que existe un efecto sinérgico y no simplemente aditivo, en el desarrollo del cáncer pulmonar”, señala el doctor Mena.

Son varios los factores genéticos involucrados en el desarrollo del cáncer pulmonar y algunos se relacionan con la capacidad de eliminar o detoxificar en forma eficiente los diferentes carcinógenos y de la capacidad de reparar el ADN.

Hay personas que tienen polimorfismos en ciertas enzimas que pueden aumentar o disminuir la capacidad carcinogenética de los derivados del tabaco, explica el cirujano de tórax.

¿Qué producen los componentes del humo del tabaco?

Se sabe que el humo del tabaco contiene 4.000 compuestos diferentes, pero sólo conocemos el efecto de algunos de ellos.

La nicotina tiene efecto adictivo en el cerebro, y es responsable de la adicción física, que perpetúa e incrementa el hábito de fumar.

Los alquitranes son responsables de los efectos irritativos e inflamatorios de la vía aérea y el territorio alveolar, del daño de la función ciliar, de la inhibición de antiproteasas y transporte de los agentes cancerígenos del tabaco.

El monóxido de carbono, a través de la reducción del contenido de oxígeno arterial, es un factor precipitante de accidentes vasculares, principalmente coronarios.

Todos los efectos que produce el cigarrillo en los fumadores, dependen de la cantidad de cigarrillos que fume una persona, el tiempo de exposición y la susceptibilidad de cada individuo.

“Un 15% de los fumadores desarrolla inflamación crónica de las vías aéreas periféricas y enfisema, cuya consecuencia funcional es la limitación crónica del flujo aéreo”, dice el doctor Mena.

Las personas fumadoras también pueden desarrollar obstrucción bronquial y otro número importante de ellos, desarrolla tos y expectoración crónicas (bronquitis crónicas).

Según explica el cirujano de Tórax de Clínica Dávila, gracias al conocimiento que hoy se tiene de los efectos del tabaco en la salud humana, se han podido establecer relaciones causales entre el tabaco y un gran número de enfermedades y alteraciones.

Estas son algunas:

–          Cáncer broncogénico (de pulmón), de cavidad oral, de laringe, de esófago, estómago, de páncreas, de vejiga.

–          Enfermedad coronaria.

–          Enfermedad arterial oclusiva.

–          Bronquitis crónica.

–          Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

–          Aumento de morbilidad y mortalidad perinatal.

–          Daño fetal intrauterino.

–          Morbilidad respiratoria y circulatoria en fumadores pasivos.

–          Susceptibilidad a infecciones respiratorias bacterianas.

–          Pérdida de la elasticidad de la piel con desarrollo precoz de arrugas.

–          Engrosamiento de la voz en mujeres.

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