La raquiestenosis es una patología cuya definición proviene de la unión de los términos griegos “raqui”, que significa columna y “estenosis” o “stenos”, que significa estrecho. Es una enfermedad cada vez más prevalente considerando el envejecimiento de la población. Ella consiste en el estrechamiento progresivo del canal raquídeo, espacio de la columna que aloja la médula espinal y las raíces nerviosas que van hacia las extremidades, pudiendo comprimirlas progresivamente. La raquiestenosis puede presentarse en toda la columna vertebral, siendo más frecuente en la columna lumbar (parte baja de la espalda), luego en la columna cervical (cuello) y también en la columna dorsal, aunque menos frecuentemente.

¿Cómo se detecta la raquiestenosis?

El doctor Marcelo Parra, especialista en Neurocirugía y miembro del Equipo de Cirugía de Columna de Clínica Dávila, señala que hay que descartar raquiestenosis en pacientes que tienen disminución de fuerzas y  dolor en extremidades pudiendo llegar a presentar dificultad para caminar. También se puede asociar dolor cervical o lumbar, a lo que se debe prestar atención. De hecho, el doctor Parra comenta que es vital un diagnóstico hecho por un especialista pues se puede confundir con otras patologías degenerativas de la columna vertebral como la hernia del núcleo pulposo y con otras enfermedades relacionadas.

¿Cuáles son las causas de la raquiestenosis?

La raquiestenosis tiene un importante componente hereditario, que sin duda puede verse agravado por la edad avanzada, el sobrepeso, el tabaquismo crónico, el sedentarismo y la realización de  trabajos con esfuerzo físico demandante. El diagnóstico regularmente se realiza con los antecedentes  clínicos, examen físico y exámenes imagenológicos, especialmente con resonancia magnética.

Tratamiento de la raquiestenosis

Los tratamientos utilizados para el manejo de esta patología son realizados en la actualidad por equipos de salud multidisciplinarios, teniendo siempre presente que no en todos los casos van a requerir una cirugía. De acuerdo con lo señalado por el especialista, lo que se busca primero es manejar el dolor y determinar la etapa en la que se encuentra la enfermedad. Dependiendo de ello, la rehabilitación fisiátrica y kinesiológica puede ayudar a disminuir la sintomatología.

El tratamiento quirúrgico se reserva para los casos donde el manejo conservador ha fallado. De todos modos, la cirugía de columna vertebral es actualmente muy segura, disponiendo de procedimientos poco invasivos, incluso ambulatorios, que favorecen una recuperación rápida y satisfactoria, con tiempos de reintegración laboral cada vez más cortos.

Finalmente, no existen recetas para evitar esta enfermedad, pero lo que siempre se debe tener en cuenta es tratar de llevar una vida saludable, sin tabaquismo y en especial mantener un peso adecuado que no se sobrecargue nuestra columna vertebral día a día.