Las lesiones vasculares son un conjunto de lesiones diversas que se pueden clasificar en dos grandes grupos: tumores vasculares y malformaciones, explica la doctora Angélica Paulos, cirujano pediatra, con amplia experiencia en cirugía reconstructiva en niños de Clínica Dávila.

Tumores vasculares

Asimismo, la especialista agrega que, a su vez, los tumores vasculares se pueden subdividir en tres tipos: hemangiomas de la infancia, hemangioendotelioma kaposiforme y otros tumores.

Respecto a los hemangiomas de la infancia, la doctora Paulos comenta que son los más frecuentes y que presentan un patrón evolutivo muy característico. Y es que, es una lesión con la que generalmente los niños no nacen, sino que aparecen como manchas que van creciendo durante sus primeras semanas de vida y, usualmente, llegan a un crecimiento máximo cerca del año de vida, para luego comenzar a involucionar.

A pesar de que se achica solo, en ocasiones no desaparece por completo, de hecho, en la mayoría de los casos dejan una secuela de hemangioma que se presentan como una masa de piel distinta o como pequeñas venitas rojas en la superficie.

Por su parte, los hemangioendotelioma kaposiforme son un tipo de tumor vascular menos frecuente, pero que, si se presenta de forma muy extensa, puede producir una alteración importante en la coagulación de los niños, lo que incluso puede dejarlos con riesgo vital.

Finalmente, la especialista comenta que, en ocasiones, se considera que todas las lesiones vascularizadas son tumores vasculares, sin embargo, aclara que existen otras lesiones irrigadas, pero que no tienen su origen necesariamente vascular, sino que son tumores de otro tipo que se encuentran con aumento de la irrigación y se confunden con tumores vasculares.

Malformaciones vasculares

Las malformaciones vasculares se subdividen en malformaciones capilares, linfáticas, venosas, arteriovenosas y combinadas.

De estas, las más frecuentes son las lesiones linfáticas, las que se caracterizan por un aumento de volumen que puede aparecer al momento del nacimiento o de forma brusca, usualmente, antes de los tres años de edad. Para identificarla como tal, los especialistas solicitan una ecografía, en la que se pueden apreciar múltiples quistes.

Así, se pueden clasificar en macroquísticas o microquísticas, dependiendo del tamaño de los quistes, siendo las macroquísticas, las que responden mejor al tratamiento de técnicas de esclerosis, en el cual participa un equipo multidisciplinario.

Mientras que las microquísticas, en general, no responden bien a la técnica de esclerosis, por lo que, tienden a tener un tratamiento quirúrgico.

Las malformaciones venosas, en cambio, se caracterizan por tener un flujo turbulento dentro de las venas malformadas, lo que causa que se formen coágulos dentro. Estas se pueden identificar por un aumento de volumen localizado, con apariencia violácea y, en ocasiones, pueden tener dolor asociado.

El tratamiento de las malformaciones venosas va a variar, dependiendo de si están focalizadas o no. Si son focalizadas, se puede hacer una intervención quirúrgica, pero en caso contrario, deberán ser evaluadas por un equipo multidisciplinario para observar cada caso.

Otra forma de tratar las malformaciones linfáticas y venosas es a través de un tratamiento compresivo que ayuda a disminuir los síntomas y el aumento de volumen.

Las malformaciones arteriovenosas, por su parte, se caracterizan por tener un ovillo de vasos que vienen malformados. Estos pueden estar localizados en cualquier parte del cuerpo, aunque de acuerdo a lo confirmado por la doctora Paulos, lo más frecuente es que se presenten en cabeza y cuello. Asimismo, agrega que tienen un proceso evolutivo que va cambiando a lo largo del tiempo.

“Al principio pueden ser solamente como una zona que es más roja y que el paciente siente que le late y que le pulsa, y después puede sufrir un periodo de crecimiento que generalmente puede estar asociado a la adolescencia, donde hay un crecimiento brusco y puede producir ulceraciones”, explica.

Para concluir, es importante destacar que toda lesión o aumento de volumen, ya sea roja o violácea, que aparezca a los niños, tiene que ser evaluada por un especialista pediátrico con la ayuda de un equipo multidisciplinario. En Clínica Dávila existen equipos capacitados para tratar este tipo de patologías y se manejan de diferentes formas, dependiendo de cada caso.