Comúnmente, la cistitis es entendida como una infección urinaria, pero según el doctor Aníbal Salazar, urólogo de Clínica Dávila, en realidad la cistitis es definida como una inflamación a la vejiga.

En este contexto, es relevante aclarar que existen dos tipos de cistitis: la aguda, también conocida en Chile como infección urinaria, y la crónica.

A diferencia de la aguda, la cistitis crónica es una enfermedad que no es infecciosa y que no implica más que la inflamación del órgano mencionado anteriormente.

Afortunadamente, la cistitis crónica es una patología poco frecuente, y dentro de la variedad de tipos de cistitis crónicas que existen, la más común es la intersticial.

Causas y síntomas de la cistitis intersticial

Se trata de una patología de causa desconocida, pero se especula que se produce por una falla en una zona de la mucosa de la vejiga, que es una capa que hace que la misma sea impermeable. Al fallar esta capa se filtra la orina a las paredes exteriores, por lo que la vejiga se pone más rígida y al llenarse, duele.

Además, se ha comprobado que se presenta más frecuentemente en mujeres que hombres y que tiene una serie de síntomas urinarios para las pacientes, entre los cuales se encuentran:

  • Dolor al orinar.
  • Dolor al llene vesical.
  • Aumento de frecuencia miccional.

El doctor Salazar explica que se puede diferenciar de una cistitis aguda porque quienes padecen esta enfermedad se demoran años en identificar los síntomas, de hecho, confiesa que “muchas veces ni siquiera ellas tienen muy claro cuándo empezaron, porque tú les preguntas cuánto tiempo lleva y responden en realidad, no sé, pero como hace dos años que tuve las primeras molestias, me duraron unos días, se me pasaron, me volvieron, se iban, volvían, y así”.

Tratamiento para la cistitis crónica

Como se trata de una patología poco frecuente, no existen muchos estudios, ni muchos tratamientos estándar y en algunos casos, los procedimientos recomendados constan de medicamentos que no hay en Chile, aclara el especialista, por lo que habitualmente se manda a preparar un líquido que posteriormente se coloca en la vejiga en forma semanal, por un período de uno a dos meses.