Lamentablemente, el cáncer de colon y recto es una patología que viene creciendo en nuestro país, igual que en los países desarrollados en el mundo.

Razones hay muchas y el estilo de vida es una de ellas, por lo que, si se adoptan hábitos saludables, se puede disminuir la posibilidad de padecer esta enfermedad.

El doctor Ricardo Villalón, coloproctólogo de Clínica Dávila, señala que existen factores de riesgo genéticos como la historia familiar o personal de cáncer colorrectal, de enfermedad inflamatoria intestinal, síndromes hereditarios como el Lynch o la poliposis hereditaria familiar. La edad, es también otro factor de riesgo, sobre los 50 años aumenta la presencia de cáncer colorrectal en la población. Los hombres también tienen un leve mayor riesgo (mayormente en cáncer de recto). La raza también es otro factor de riesgo, siendo las personas con ascendencia afroamericana las que tienen más posibilidades de desarrollarlo.

“También existen factores ambientales como la dieta. El mayor consumo de grasa animal y menor consumo de fibra aumentan el riesgo de cáncer, lo mismo que el sedentarismo, el tabaquismo, la obesidad y la diabetes mellitus tipo 2”, dice el especialista.

“En medicina existen distintos niveles de prevención. El nivel primario es tener hábitos saludables evitando los factores de riesgo ambiental: dieta sana, mantener un peso adecuado, realizar actividad física y evitar el tabaquismo. El nivel secundario de prevención es diagnosticar la enfermedad en etapa lo más precoz posible con exámenes de screening, según el riesgo personal de cada paciente”, cuenta el doctor Villalón.

Según la Asociación Americana del Cáncer, el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de varios cánceres, pero especialmente, el de cáncer colorrectal. La grasa abdominal y el perímetro de cintura aumentado son indicativos de más posibilidades de desarrollar este tipo de cáncer. Reducir estos índices, implica menor riesgo.

Respecto de la alimentación, estudios recientes muestran que aumentar la cantidad de alimentos ricos en fibra en la dieta (frutas y verduras, legumbres) pero sobre todo alimentos integrales y la disminución de las carnes rojas y embutidos, reduce el riesgo. Como no está claro cuál de estos factores es el más importante, siempre se recomienda adoptarlos todos al mismo tiempo.