Seguro que has escuchado estas dos palabras: adenoidectomía y amigdalectomía.

Aunque no son simples de pronunciar, son cirugías que se realizan frecuentemente en niños, pero también están indicadas en adultos.

Según explica la doctora Carolina Bustamante, otorrinolaringóloga de Clínica Dávila, la amigdalectomía, consiste en la extirpación del tejido amigdalino a través de la boca.

Se trata de un procedimiento que se realiza con el paciente anestesiado y que en promedio dura entre una y dos horas.

La adenoidectomía, es la extirpación del tejido adenoideo, también a través de la boca, bajo anestesia general, pero con una duración un poco menor, desde 30 minutos a 1 hora.

Las amígdalas palatinas y adenoides son un tejido linfático que actúa como primera barrera inmunitaria o sistema de protección frente a infecciones. Cuando son muy grandes y dificultan el paso del aire, cuando se producen infecciones a repetición, la recomendación de los médicos es extirparlas.

¿Se extraen juntas o por separado?

“Es habitual que se extirpen juntas, pero no es obligatorio ni requisito que se haga.  Pueden haber casos en que el paciente no requiera la extirpación de las adenoides y sí las amígdalas o viceversa. La indicación se evalúa por cada órgano aplicando criterios para cada uno”, señala la especialista.

La adenoidectomía se indica cuando existe una roncopatía con apneas o pausas respiratorias debido al gran tamaño de este tejido, si un niño sufre más de cuatro episodios de sinusitis en 1 año, si hay otitis media con efusión u otitis media aguda.

La amigdalectomía se recomienda también si hay roncopatía, hipertrofia amigdalina (aumento de volumen), amigdalitis recurrente (más de siete episodios en 1 año, más de cinco episodios en 2 años y más de tres episodios en 3 años), amigdalitis hemorrágica y antecedentes de dos episodios de absceso periamigdalino.

Post operatorio de la adenoidectomía y amigdalectomía

Una duda recurrente tras la cirugía que extirpa uno de estos tejidos o ambos al mismo tiempo, es qué ocurrirá frente a un resfrío o algún tipo de infección si ya no están estas barreras de inmunidad.

“El organismo reacciona de la misma forma que si tuviera amígdalas y/o adenoides porque queda el resto de tejido linfático del anillo linfático faríngeo.  Aunque se hayan extirpado, permanecen la amígdala lingual y la pared posterior faringea donde se encuentran los cordones linfáticos laterales. Este tejido, sigue cumpliendo el mismo rol defensivo. No  aumenta el número de infecciones respiratorias post cirugía”, aclara la doctora Bustamante.

Después de la adenoidectomía y amigdalectomía, el paciente debe cumplir con algunas recomendaciones que incluyen el reposo relativo en casa sin salir hasta el control cumplida una semana, no puede agitarse (debe evitar saltar, correr y hacer fuerzas), durante dos semanas no puede hacer deporte, ni ingresar a una piscina en ese mismo tiempo.

La alimentación es un punto relevante. “Durante 10 días debe tener un régimen blando. Los primeros tres días una dieta que incluya líquidos fríos (jalea, yogurt, helados, compota de fruta cocida).

Posteriormente, incorporar papillas blandas tibia-frías hasta el control. En Clínica Dávila se entrega una pauta de alimentación a los padres”, señala la especialista.

Hasta el primer control (una semana después de la cirugía) está prohibido comer alimentos duros (frutos secos, pan corriente, papas fritas, etc.), crudos (frutas y verduras), calientes, cítricos, chocolate, colorante rojo.

Habitualmente, se indican analgésicos y antiinflamatorios para manejar dolor en los primeros 10 días.

Riesgos y recuperación

Como todo procedimiento quirúrgico, estas cirugías no están exentas de riesgo.

“Los riesgos de la cirugía dependen de la edad del paciente. En niños menores de 15 años el riesgo de sangrado es del 3 a 5 %. En niños mayores de 15 años y adultos, este riesgo aumenta. De los  pacientes que sangran 1 de cada 400 pacientes debe reingresar a pabellón. El 90% de los sangrados -si es que ocurren- lo hacen las primeras 8 horas, el 10% restante hasta los 10 a 15 días postcirugía, según distintas series reportadas en literatura”, dice la especialista.

Con la adenoidectomía y amigdalectomía, se resuelven los problemas de roncopatía asociado a hipertrofia adenoidea y/o amigdalina, se elimina el foco de infecciones recurrentes.

Respecto de la recuperación, la doctora Bustamante señala que, en niños pequeños, ésta es más rápida que en adultos. “En estos últimos, la cirugía puede demorar en cicatrizar completamente de 3 a 4 semanas, en cambio en niños de 2 a 3 semanas”.