El paso de los años deja una huella indeleble en el cuerpo, especialmente en la piel, produciendo un envejecimiento cutáneo.

Sin embargo, en este proceso natural e inevitable, hay factores que sí se pueden manejar y así evitar que la pérdida de volumen y elasticidad, flaccidez y arrugas aparezcan antes de tiempo.

Según la doctora Claudia Ramírez, dermatóloga de Clínica Dávila, el envejecimiento cutáneo es el “deterioro progresivo de la estructura y función de la piel, lo que se observa como pérdida de luminosidad y elasticidad, alteración en pigmentación (manchas), flaccidez, arrugas, entre otros aspectos”.

¿A qué edad se comienza a presentar el envejecimiento cutáneo?

“A partir de los 25 años aproximadamente comienza este deterioro, aunque sus efectos se observan de forma más tardía, por lo general, sobre los 30 años”, aclara.

Se estima que desde los 25 años se pierde el 1% de colágeno anualmente. Esta es la razón por la que comienzan a aparecer finas líneas de expresión y pequeñas arrugas en la cara. Sobre los 45 años, estas líneas y arrugas ya son más profundas.

Además del envejecimiento natural de la piel, hay factores que aceleran este proceso. La buena noticia es que, evitando estos factores, las arrugas y la pérdida de elasticidad, pueden retrasarse.

Si quieres que tu piel cambie de aspecto solo por los años y no por los factores externos que la afectan, hay seis situaciones que debes evitar:

  1. La exposición inadecuada al sol.
  2. Tabaquismo.
  3. Contaminación ambiental.
  4. Ingesta de alcohol.
  5. Alimentación desbalanceada.
  6. Descanso inadecuado.

“Además de lo ya mencionado, también ayuda mantener una rutina que incluya suero o crema con antioxidantes como vitamina C o vitamina E, por ejemplo.  Esto se debe aplicar en la mañana y antes del filtro solar. En la noche, se debe utilizar cremas con ácido retinoico u otros ácidos”, comenta la experta.

Dieta y tratamientos

Otro elemento que debe estar presente si quieres lucir una piel sana y acorde a tu edad, es la alimentación.

La nutrición influye ya que hay alimentos que son beneficiosos para la piel ya sea por su efecto antioxidante como el té verde, frutas y verduras y también otros que tienen un efecto regenerativo como aceites vegetales, pescados y semillas”, indica la especialista.

Al mismo tiempo, es importante que se evite en la dieta otros alimentos que influyen negativamente como las frituras, harinas y azucares procesadas.

¿La razón? “Este tipo de alimentos aceleran la oxidación o envejecimiento celular” no solo de la piel, sino del organismo completo.

Además de todos estos cuidados, también hay tratamientos médicos que se pueden aplicar en la piel.

“Más allá de las cremas, existen numerosos tratamientos disponibles cuya elección va a depender de cuáles son los aspectos que se desean mejorar. Por lo general, se recomienda asociarlos”, dice la dermatóloga.

Dentro de los tratamientos que se realizan con mayor frecuencia están los inyectables como la toxina botulínica que se utiliza para relajar músculos y así atenuar algunas arrugas; y ácido hialurónico indicado para dar volumen, soporte o para rellenar surcos y arrugas.

“También existen láseres y luces para mejorar luminosidad, manchas, estimular producción de colágeno. Asimismo, hay tecnologías para mejorar la flaccidez. Los peelings permiten mejorar el tono y color de la piel y estimulan la regeneración celular. Lo ideal es elegir él o los tratamientos según las características y necesidades de cada persona, siempre buscando un aspecto natural para lograr envejecer de la mejor forma: con una piel saludable, luminosa y radiante más que buscar no envejecer”, señala la doctora Ramírez.