Un tumor de la hipófisis o tumor pituitario es un crecimiento anormal de las células de los tejidos de la glándula pituitaria.

“Estos pueden estar relacionados a la hipófisis anterior o a la adenohipófisis, a la hipófisis posterior o neurohipófisis, o a la de porción intermedia”, explica el doctor Claudio Campos, neurólogo de Clínica Dávila.

La mayoría de los tumores de la hipófisis son adenomas, que corresponden a tumores benignos y se desarrollan a partir de las células que producen hormonas.

Las causas de la aparición de tumores en la hipófisis, el descontrol del crecimiento de las células, son desconocidas.

Las personas que tienen una historia clínica familiar de ciertas enfermedades hereditarias, tal como la neoplasia endocrina múltiple, tienen mayor riesgo de padecer estos tumores. Esto ocurre de manera ocasional, entre el 4-5% de los casos.

Este tipo de anomalía en las células se puede presentar a lo largo de toda la vida. Es más frecuente en la adultez, en mujeres que están en edad fértil.

¿Qué es la hipófisis?

La hipófisis es una glándula pequeña del tamaño de una arveja, que se encuentra en la base del cerebro, detrás de la nariz y entre las orejas.

A pesar de ser una estructura pequeña, es fundamental, ya que es considerada el “centro de mando” del sistema endocrino.

Es la encargada de producir las hormonas que regulan el funcionamiento de múltiples glándulas del organismo, que regulan las funciones del crecimiento, tal como el metabolismo, la reproducción, la presión arterial, la producción de leche materna, entre otras.

Cuando existe un tumor en la hipófisis se presentan diferentes síntomas dependiendo del tipo de anomalía que se presente, que pueden ser:

  • Fatiga extrema.
  • Alteración de la visión.
  • Dolor de cabeza.
  • Interrupción del ciclo menstrual.
  • Disfunción eréctil.
  • Pérdida de peso.
  • Aumento de la presión arterial.
  • Entre otros.

Tipos de tumores de la hipófisis

“Los tumores más frecuentes son aquellos relacionados a la adenohipófisis. Los más diagnosticados son los adenomas hipofisarios que, en general, son tumores de crecimiento lento y benignos que no diseminan a otras partes del cuerpo. De todos los tumores intracraneales, los adenomas hipofisarios corresponden a un 10-15%. Estos ocurren a cualquier edad, siendo más frecuentes entre los 30-40 años”, explica el especialista.

Existen diferentes formas de clasificar los adenomas hipofisiarios. Estos son:

Microadenomas o macroadenomas

En primer lugar, los adenomas hipofisiarios se dividen por su tamaño, cuando miden menos de un centímetro (< 1 cm) se les denomina microadenomas y cuando superan un centímetro (> 1 cm) son macroadenomas.

Los microadenomas se pueden manifestar con signos de exceso hormonal o cuando se realiza un examen por otro motivo.

En el caso de los de mayor tamaño los síntomas tienen relación con el efecto comprensivo que ejercen en estructuras cercanas, provocando alteraciones visuales, cefalea o deficiencia hormonal.

Funcionantes o no funcionantes

Luego, estos a su vez se clasifican en funcionantes o no funcionantes.

Los funcionantes son aquellos tumores que producen hormonas en exceso, lo que deriva en síndromes de hipersecreción. Los más frecuente son el síndrome de amenorrea-galactorrea, la acromegalia y la enfermedad de Cushing.

Por otro lado, están los tumores adenohipofisiarios no funcionantes, que son aquellas lesiones de mayor tamaño que podrían producir deficiencia hormonal y tener síntomas asociados.

Es importante destacar que existen otro tipo de tumores de la hipófisis diferente a los adenomas, que son menos frecuentes.

¿Cuándo consultar a un especialista?

Se debe consultar a un neurólogo cuando se presentan síntomas asociados a un tumor de la hipófisis para poder recibir un tratamiento adecuado.

Además, si existen antecedentes familiares de neoplasia endocrina múltiple tipo 1 se deben realizar exámenes periódicos para detectar la lesión a tiempo.