Los lunares habitualmente aparecen como pequeños puntos de color marrón oscuro en la piel y se pueden apreciar con facilidad.

Existen lunares de diferente tipo y algunos más peligrosos que otros, dependiendo de su tamaño, color o lugar en el que aparezcan.

Mitos e inquietudes respecto a lunares y manchas en la piel, fueron aclarados en un nuevo Dávila en Vivo, conversación en directo por Facebook.

Para comenzar, la dermatóloga Daniela Saavedra, especialista de Clínica Dávila, advirtió la importancia de conocer los lunares que tenemos y de realizar las revisiones cuando corresponda con un especialista.

“Lo ideal es que siempre te mires al espejo y te veas la espalda y todo. Si tienes muchos lunares es muy difícil que evalúes a alguno que está muy escondido, por lo que en ese caso es súper importante la evaluación con un dermatólogo. Mínimo una vez al año debería ir a revisar sus lunares”, recomienda la experta.

¿Cuándo y por qué consultar con un especialista?

Generalmente las personas con muchos lunares en la piel saben que los tienen, pero no conocen sus características o la peligrosidad que pudiesen tener.

Hay lunares más peligrosos que otros, como los melanomas, un cáncer de piel muy agresivo.

La especialista advierte al respecto que “un lunar que tenga los bordes irregulares, más de seis milímetros, que tenga dos o tres colores, por ejemplo, café oscuro, café claro, un poco rosado, eso ya es preocupante”.

“En ese caso es mejor consultar, y de repente es mejor consultar de más que de menos, porque efectivamente no era eso, y podría ser una queratosis seborreica, que es súper benigno. Si no consultas y era un melanoma, puedes llegar a  morir”, agrega la experta.

Extirpar un lunar: ¿estética o salud?

Pese a que es una acción bastante frecuente, ya sea por estética o molestia, no es recomendable en ningún caso extirpar un lunar sin la intervención de un especialista.

Las razones por las que se saca un lunar pueden ser muchas, pero la más común es para mandarla a biopsia para su revisión.

El proceso es explicado por la dermatóloga de Clínica Dávila, Daniela Saavedra. “Sacamos el lunar, hacemos una pequeña incisión. Se manda en un frasquito a biopsia y luego de eso, tenemos que cerrar con puntos, eso es lo más habitual. Si el lunar es redondito, de tres milímetros, probablemente la cicatriz va a ser de un centímetro, porque una cosa redonda no cierra, como una especie de ojal.

Cuando es por estética hay que tener cuidado con lo que uno se hace, porque la cicatriz puede quedar peor que el lunar, pero cuando es motivos de salud la verdad es que hay que sacarlo. En general tampoco queda tan terrible la cicatriz”, explica.

Lunares de carne

Algunos de los lunares más comunes, y que aparecen generalmente en el cuello de las personas, son los llamados “lunares de carne”. Son frecuentes y molestan principalmente por su estética y picazón.

La especialista aclara algunos mitos al respecto y las razones por las que aparecen estos “lunares”.

“Esos lunarcitos de carne que la gente tiene comúnmente, en realidad, no son lunares. Se llaman fibromas blandos, acrocordones, antes se le llamaba papiloma, pero no se les llama así porque no tiene nada que ver con un virus”, esclarece.

“Son lesiones benignas, básicamente se sacan porque molestan, porque pican y es poco estético.

Pueden estar relacionadas a la resistencia a la insulina. Entonces en general si uno ha subido de peso, está un poco más gordito, también es recomendable un chequeo de exámenes”, agrega la experta.

Estos fibromas no sólo se presentan en el cuello, sino también en las axilas y la ingle. Se pueden sacar de manera fácil, rápida y no deja marca.

Melanoma: Diagnóstico y tratamiento

El melanoma se refiere a un cáncer que se genera en un lunar, y es el tipo de cáncer de piel más peligroso de todos.

Tiene mucha relación con la etapa en que se diagnosticó y por eso es tan importante la prevención.

La especialista de Clínica Dávila advierte que “es mejor sacar un lunar chiquitito, que tiene un melanoma ‘in situ’, que es la primera etapa, y que tiene un pronóstico muy bueno, versus un melanoma diagnosticado en etapa tardía donde el pronóstico empeora notablemente, y podemos tener casos de muerte”.

En cuanto a la forma de darnos cuenta y de percibir un melanoma, la experta aclara que “un melanoma ‘in situ’, que es la etapa más precoz del melanoma. No sé si el paciente se va a poder dar cuenta tan fácilmente. Obviamente que en un melanoma más avanzado los cambios son tan evidentes, que es obvio se van a detectar. Por eso es tan importante, a veces, sobre todo en pieles muy blancas, las personas rubias, que se controlen, porque esas son las pieles que tienen mayor riesgo de tener un melanoma”.

Tratamientos

Respecto a los tipos de tratamientos para un melanoma, todo va a depender del tipo de melanoma que se haya diagnosticado.

Si es un melanoma en etapa precoz, va a requerir una operación quirúrgica y control, nada más.

“Por ejemplo, te sacaron el lunar, salió melanoma, y hay que hacer otra extirpación, tenemos la cicatriz, entonces hacemos una marca como de un centímetro, en cada lado, y hay que llegar bien profundo y sacar ese pedazo.

Luego eso también se manda biopsia. ¿Qué uno espera que salga ahí?, nada, con eso nos quedamos tranquilos. Es la ampliación del melanoma ‘in situ’”, explica la especialista.

No obstante, en caso de tener un melanoma de profundidad mayor, va a depender de los números, tal como lo explica la dermatóloga.

“Si es de tanto a tanto, que es la profundidad de la lesión, es necesario hacer la ampliación, y además hacer un estudio de ganglio centinela.

Entonces ahí la cosa es más compleja, también hay que derivar a la cirugía oncológica, y hacer muchos exámenes. Pero en el melanoma ‘in situ’, en general, es como lo que podemos manejar más simple, y lo hacemos los dermatólogos”, asegura.