Cada año, durante el verano y junto a las vacaciones, suele aparecer la preocupación por el contagio de virus Hanta.

¿En qué consiste? La enfermedad por virus Hanta se caracteriza, en la mayoría de los casos, por un mal funcionamiento del corazón y de ambos pulmones, lo que se conoce como el síndrome cardio pulmonar asociado al virus Hanta.

Según cuenta el doctor Roberto Olivares, infectólogo de Clínica Dávila, el Hanta es una zoonosis, enfermedad propia de los animales que puede trasmitirse a las personas. En este caso, se propaga fundamentalmente desde roedores silvestres, que en Chile es el ratón colilargo (Oligoryzomis longicaudatus).  Se estima que en nuestro país entre el 1 y el 6% de los ratones colilargos portan el virus.

El mecanismo más importante de trasmisión es la inhalación de partículas virales excretadas en la saliva, orina y deposiciones del ratón. Así, la mejor forma de prevenir la enfermedad es evitar el contacto con el ratón o con sus excreciones, explica el especialista.

Asimismo, se ha demostrado que la cepa Andes del virus Hanta puede transmitirse de persona a persona, pero sería un mecanismo de baja eficiencia.

El Hanta puede afectar a cualquier persona, de cualquier edad, pero suelen estar más expuestos quienes trabajan o vacacionan en zonas rurales o de bosques. Sin ser muy común, suele ser más frecuente durante el verano.

¿Cómo se identifica?

Inicialmente el Hanta se presenta como un cuadro gripal, con fiebre, decaimiento, dolores musculares, cefalea y síntomas gastrointestinales. Posteriormente se agrega dificultad respiratoria progresiva asociada a un shock profundo. “Para diferenciarlos, en general la gripe se ve más en los meses invernales y el Hanta, en los meses de verano, con menor dolor de garganta en la infección por este último virus. Si bien ambos virus pueden evolucionar con una falla respiratoria severa, el compromiso cardiaco está más relacionado con el Hanta”, aclara el doctor Olivares.

En la mayoría de los casos, la enfermedad evoluciona con una falla respiratoria y cardiovascular severa. No existe una vacuna ni tratamiento antiviral efectivo y presenta una mortalidad de 30 a 40%.

El período de incubación es de una a tres semanas, hasta 45 días, según algunos estudios. La recomendación fundamental es consultar en cualquier servicio de urgencia público o privado del país, si una persona presenta síntomas respiratorios y ha estado expuesto en zonas rurales, en bosques, cabañas o casas donde se sospeche la presencia del roedor o haya tenido contacto estrecho con un paciente con virus Hanta diagnosticado.

“Se diagnostica por la sospecha clínica, el antecedente de exposición al virus, y se confirma con un estudio serológico, que busca en el paciente los anticuerpos contra el virus Hanta. También se puede hacer un estudio de biología molecular, buscando material genético del virus Hanta en las secreciones respiratorias del paciente”, agrega el médico.

Tratamiento

Frente a la enfermedad, el tratamiento es principalmente de soporte vital, generalmente en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde se provee de ventilación mecánica, drogas vasoactivas, transfusión de hemoderivados (sangre o productos derivados de ésta) y ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea) en los pacientes más graves, entre otras medidas.

“Con un diagnóstico precoz y manejo adecuado en un centro con experiencia para este tipo de pacientes, el pronóstico del Hanta es relativamente bueno”, puntualiza el doctor Olivares.