Una de las preocupaciones más comunes llegada cierta edad es la aparición de várices, especialmente en las piernas. De acuerdo con lo señalado por el cirujano vascular de Clínica Dávila, Juan Pablo Fuenzalida, la definición de esta patología consiste en dilataciones venosas que principalmente ocurren en las extremidades inferiores. “Uno ve venas en gente que tiene la piel delgada, pero cuando esas venitas están levantadas, se empiezan a marcar y no son normales, a eso nosotros llamamos várices”, agrega el facultativo.

Las várices son una alteración en las válvulas unidireccionales de las venas que hace que la sangre se acumule, haciendo que se dilaten. Las venas de las piernas deben vencer la fuerza de gravedad para mover la sangre, y si las válvulas están lesionadas, puede producir várices. Ésta es una patología bastante frecuente. De hecho, estudios epidemiológicos muestran que hasta cerca de un 40% de la población puede padecer distintas etapas de esta enfermedad. Para el doctor Fuenzalida, “ello no significa que todos esos pacientes requieran operarse, pero sí es probablemente el motivo de consulta más frecuente en cirugía vascular”.

Por otra parte, la población femenina es aquella que presenta mayor incidencia de várices. “Alrededor de 75% de los pacientes con várices son mujeres”, agrega el cirujano de Clínica Dávila. Esto se debe a la influencia de las hormonas en su aparición, especialmente el estrógeno, aunque también existe un factor hereditario que genera que ciertas personas tengan más probabilidades de padecerlas en algún momento de su vida, especialmente durante el embarazo, ya que el aumento de peso de esta etapa causa que las várices se produzcan con mayor frecuencia.

Hábitos que aumentan la aparición de várices

Con el desarrollo de la vida moderna, las personas han caído en un mayor número de hábitos nocivos que aumentan no sólo el riesgo de padecer várices, sino también otro tipo de enfermedades cardiovasculares. Dichas causas son, por ejemplo, “el sedentarismo y la obesidad, que son los factores que eventualmente sí podrían haberse incrementado con nuestros cambios de estilo de vida los últimos años y que podrían ayudar a que aparezcan las várices”, acota el doctor Fuenzalida.

Del mismo modo, otros factores que influyen en el aumento de la generación de várices consisten en una dieta poco saludable, pasar mucho tiempo sentado -especialmente con las piernas cruzadas- y el uso constante de zapatos de taco alto en el caso de las mujeres.

Por otra parte, aquellas personas que por su actividad laboral deben pasar mucho tiempo de pie también son más propensas a padecer várices. “Es muy común ver como pacientes de várices a profesoras, enfermeras, vendedoras, guardias de seguridad, personas que tienen que estar en un mismo lugar durante muchas horas”, señala el cirujano de Clínica Dávila.

Diagnóstico y tratamiento de las várices

Es importante destacar que no todos los pacientes que padecen de várices deben seguir un tratamiento quirúrgico. Al respecto, el doctor Juan Pablo Fuenzalida señala que “muchas personas requieren solamente un tratamiento conservador, que consiste en corrección de sus factores de riesgo en la medida que se pueda, como por ejemplo uso de medias o de medicamentos”.

Para determinar el grado de avance de esta patología, el examen que se debe realizar a los pacientes que consultan por várices es el eco doppler, una especie de ecografía de las venas de las piernas, con el fin de determinar cuáles de ellas están fallando, cuáles deben ser corregidas y mediante qué tratamiento. “A través del eco doppler tenemos un panorama bastante grande de cómo está la circulación venosa del paciente, ya que podemos ver qué venas están fallando”, agrega el doctor Fuenzalida.

Operación de várices

En los casos que se haga necesario un tratamiento quirúrgico de esta patología, es necesario tener en cuenta que, como toda cirugía, ella generará algún grado de molestias postoperatorias. De todos modos, el doctor Fuenzalida comenta que “la tecnología ha evolucionado bastante, y lo que antes era una cirugía bastante agresiva e invasiva – con muchos dolores postoperatorios, con grandes hematomas en las piernas-, en la actualidad posee una recuperación mucho más rápida y de molestias postoperatorias mucho menores”.

Por ello, los pacientes que deban ser operados deben perder el miedo a este tratamiento, ya que como las técnicas son mucho menos invasivas, incluso se puede operar las dos piernas al mismo tiempo y no una a la vez como se hacía en el pasado.

Con respecto a las molestias que genera este tratamiento, el cirujano de Clínica Dávila acota que, tras la operación, “el paciente se va de alta el mismo día o a más tardar al día siguiente”. De todos modos, es necesario mantener un reposo relativo tras la cirugía. “Cada día los tiempos de recuperación son menores y los niveles de satisfacción, con respecto a las molestias, son mucho mejores. El dolor postoperatorio la verdad es que es muy muy poco”, finaliza el facultativo.

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