El tumor de Wilms es uno de los tipos de cáncer de riñón más frecuentes en niños de entre tres a cinco años y aunque es poco usual, podría presentarse en ambos riñones.

A pesar de que la causa del cáncer es desconocida para los especialistas, el doctor Jaime Cerda, cirujano oncólogo infantil de Clínica Dávila, asegura que en la mayoría de los casos, los tumores en los niños son embrionarios, es decir, se generan junto con la formación del órgano.

Tal es el caso del tumor de Wilms, según explica el especialista, se trata se células del riñón que se escaparon y terminan por formar un tumor.

Además, aclara que se ha descubierto que existen algunos factores de riesgo que podrían aumentar las posibilidades de que un niño padezca esta patología, tales como alteraciones en el iris o antecedentes familiares de cualquier tipo de cáncer.

El principal síntoma al que deben estar atentos los padres es al dolor de estómago de los menores. Se trata de una molestia que permanece en el tiempo y que dura más de 24 horas.

Ante una situación como ésta, siempre es mejor acudir a un especialista para que se realice una ecografía al niño y así descartar enfermedades. “A diferencia de otros tipos de cáncer, son niños que se ven sanitos y el diagnóstico se hizo porque se realizó una ecografía”, agrega el doctor Cerda.

¿Cuál es el tratamiento para el tumor de Wilms?

El tratamiento va a depender del estadio en el que se encuentre el tumor del paciente, sin embargo, todos los casos implican una cirugía para sacar el riñón afectado.

Lo ideal es detectar el tumor de Wilms cuando está en el estadio I, que es el menos maligno. En este caso, se reseca el tumor, se extirpa el riñón y se envía al niño a quimioterapia.

Cuando el cáncer está en el estadio II, el tumor está saliendo del riñón, por lo que hay que realizar otra clase de quimioterapia y sacar el órgano.

En el estadio III, el tumor ya salió del riñón y es probable que se hayan expandido los ganglios y diferentes partes bajo el abdomen. En este caso, además de retirar el riñón, se sacan los ganglios y a la quimioterapia se suma la radioterapia.

El estadio IV es el más dañino para el menor, ya que significa que el tumor se ha expandido por todos lados, por lo que podría estar en los ganglios, en el pulmón o en el cerebro. En esta situación, los especialistas extraen el riñón, además de enviar al niño a quimioterapia, radioterapia y en algunos casos inmunoterapia.

Si el tumor fuera bilateral, es decir, que se presentara en ambos riñones, se optaría por sacar el órgano más comprometido y parte del otro, con el fin de dejar algo de riñón.

Según confirma el oncólogo, el tumor de Wilms es uno de los menos perjudiciales, ya que cuando es encontrado a tiempo tiene alrededor de un 96% de sobrevida, mientras que cuando se detecta en el cuarto estadio, la sobrevida del menor es de aproximadamente un 60%. Afortunadamente, un niño que es intervenido por tumor de Wilms, puede seguir haciendo una vida normal con un solo riñón. Lógicamente tiene que controlarse regularmente, al menos una vez al año durante los primeros cinco años desde que se mejoró, plazo que se puede ir extendiendo según lo estipulado por su médico.