No importa la época del año, si es temporada alta o baja, siempre es un buen momento para viajar. No cabe duda de que los viajes son uno de los placeres más grandes de la vida, sin embargo, pueden traer consecuencias como una trombosis cuando el tiempo de trayecto es demasiado largo.

La trombosis del viajero es el nombre de una patología que se presenta en un tipo de pacientes específicos, que han tenido un viaje prolongado en el que deban ir sentados (avión, auto, tren, bus, etc.), y consiste en una trombosis venosa del sistema venoso profundo de las extremidades inferiores, explica el doctor Vicente Rodríguez, cirujano vascular periférico de Clínica Dávila.

¿Qué es la trombosis del viajero?

La trombosis, en general, consiste en la formación de coágulos en una vena de las extremidades inferiores, principalmente, y existen una serie de factores de riesgo que pueden favorecer su aparición.

Pero en el caso de la trombosis del viajero, se trata de un término que se acuñó hace muchos años producto de un cuadro clínico que básicamente estaba dado por dolor en las extremidades inferiores, enrojecimiento y aumento de volumen en pacientes que viajaban en aviones en clase turista. Posteriormente, estudios demostraron que lo que estaba condicionando a estos pacientes no era viajar en clase turista, sino que había otros factores asociados, más específicamente los viajes prolongados, es decir, por más de cuatro horas.

Finalmente, se logró identificar que se trata de una trombosis venosa profunda en las extremidades inferiores que se da en pacientes con características específicas. Los factores en común son: pacientes obesos o con sobrepeso, que van en un viaje prolongado con poca movilidad, tienen una ingesta copiosa de alimento, café, alcohol (que favorece la deshidratación) y poca ingesta de agua. Es decir, la trombosis del viajero puede presentarse en pacientes que tienen que cumplir con ciertas condiciones o que presenten ciertos factores de riesgo, asegura el profesional.

¿Cómo prevenir la trombosis del viajero?

Según el especialista, existe una serie de medidas que la población en general debe considerar cuando va a tener un viaje prolongado:

  • Viajar con ropa holgada y calzado cómodo.
  • Ingesta de líquido abundante, ojalá no beber alcohol.
  • Levantarse cada cierto tiempo y evitar ir todo el viaje sentado, de este modo, puede flectar rodillas y pies, como también pararse en punta de dedos, para estimular el retorno venoso, además de agregar masajes compresivos en la pantorrilla.

Por otro lado, si el paciente ha tenido trombosis antes, tiene antecedentes familiares de trombosis o alguna enfermedad que aumente su riesgo, las medidas deben ser un poco más específicas.

Y es que, las medidas anteriormente mencionadas son recomendaciones generales para todo tipo de pacientes, mientras que, pacientes de riesgo mayor o identificables, debieran tener una conducta un poco más activa.

En estos casos, el doctor Rodríguez recomienda “visitar a un especialista que te pueda ayudar, por ejemplo, recetando alguna media compresiva, que son las medias que muchas veces ocupamos para pacientes que tienen várices, con una compresión leve a moderada, y que cubra al menos hasta la rodilla, dependiendo del viaje. O sea, nos aseguramos que independientemente de una movilidad limitada, mantenemos una compresión desde el tobillo hacia la rodilla, estimulando el retorno venoso, estimulando la movilización de la sangre dentro de la vena y evitando que esa sangre, por así decirlo, se quede estática y se generen coágulos. Y en pacientes más específicos, además puedes recetar algún anticoagulante como profilaxis”.

Es importante destacar que, si bien las várices, al igual que otras enfermedades, son un factor de riesgo para desarrollar una trombosis venosa profunda, estas se originan por alteraciones o insuficiencia del sistema venoso superficial, que no es lo mismo que el sistema venoso profundo. Además, el especialista recalca que es muy frecuente que los pacientes con trombosis pregunten si dichos coágulos en extremidades puedan migrar al cerebro, condición muy poco probable, no así la asociación con embolia pulmonar, patología grave y que es la primera que se debe prevenir o pesquisar ante una trombosis venosa profunda.