Existen tantos tipos de nariz, como personas hay en el mundo: algunas son respingadas, otras caídas, las hay finas, gruesas, grandes, pequeñas.

Se trata de una parte de la cara que no sólo está relacionada con la estética sino también con la importante función que tiene, permitir el ingreso del aire al sistema respiratorio.

Sin embargo, la forma de la nariz no es siempre del agrado del dueño o dueña de la cara, por lo que busca modificarla. En esos casos, se realiza una rinoplastía.

El doctor Luis Villarroel, otorrinolaringólogo de Clínica Dávila explica que esta es una cirugía que se realiza frecuentemente en su especialidad.

“Este procedimiento quirúrgico puede producir cambios en la apariencia, estructura y función de la nariz. La rinoplastía reduce o aumenta el tamaño de la nariz, permite cambiar la forma de la punta, reducir el ancho de las fosas nasales o cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior”, dice el especialista.

De esta manera, es posible corregir defectos de nacimiento, lesiones nasales producidas por accidentes o traumatismo y algunos problemas respiratorios.

Junto con la rinoplastía para cambiar la forma de la nariz, también se puede realizar una septoplastía (cirugía del tabique nasal) y turbinectomía (cirugía de los cornetes nasales).

El doctor Villarroel destaca que no existe “un tipo universal” de cirugía de rinoplastía que satisfaga las necesidades de cada paciente.

“La cirugía de rinoplastía es personaliza para cada paciente, según sus necesidades. Las incisiones se pueden hacer dentro de la nariz o se ocultan en lugares discretos de la nariz en el procedimiento de rinoplastia abierta. La cirugía nasal interna para mejorar la respiración nasal se puede realizar en el momento de la rinoplastía”, indica.

Un aspecto que es importante tener claro es que la rinoplastía es una cirugía que busca mejorar la apariencia de la nariz, pero no crear una nariz perfecta”.

Por lo mismo, los pacientes que se someten a este tipo de procedimientos deben tener expectativas realistas, una buena salud y estabilidad psicológica.

¿En qué consiste la rinoplastía?

La rinoplastía se realiza con anestesia general y dura aproximadamente dos horas. El o la paciente, se opera un día, y al otro se va de alta a su casa para continuar con un reposo relativo.

“En la mayoría de los casos se utiliza un abordaje abierto que consiste en incisiones en el interior de la nariz y en la columela (zona debajo de la punta nasal). Esto permite exponer toda la pirámide nasal y el tabique nasal en forma amplia ya que se levanta la piel que recubre esta estructura. Es como levantar el capó de un automóvil”, dice el doctor Villarroel.

Si el paciente posee alas nasales muy grandes, se hacen incisiones externas en los bordes del ala.

Es esas condiciones, se puede enderezar el tabique nasal, modificar los huesos y cartílagos del dorso nasal y los cartílagos de la punta nasal, según lo que sea necesario modificar. Si son casos complejos, a veces se utilizan injertos de cartílago del tabique nasal, de la oreja o de la costilla del paciente.

Postoperatorio

Cuando concluye la cirugía, se colocan tapones nasales de esponja los que deben mantenerse durante dos días y se deja una férula plástica encima de la nariz durante una semana.

Si es posible, se colocan unas láminas de silicona en lugar de tapones nasales.

Tras la cirugía, el paciente notará un aumento de la hinchazón (edema) y cambios de coloración (morado) en los primeros 2 días, señales que irán desapareciendo durante los próximos 10 días.

Para aliviar estas molestias, el doctor Villarroel recomienda poner compresas frías o hielo para reducir la inflamación.

El otorrino advierte que es normal que tras la cirugía, la nariz sangre un poco y el paciente tenga alguna dificultad para respirar; para sonarse debe hacerlo suavemente durante las dos primeras semanas.

Con el tiempo, la hinchazón desaparecerá. “Hay una hinchazón (edema) residual mínimo que es de escasa cuantía y habitualmente sólo la nota el paciente y su cirujano. Este edema puede demorar varios meses desaparecer, pero es casi imperceptible”, dice el doctor Villarroel.