La andrología existe hace aproximadamente 50 años en la historia de la medicina y a pesar de que en Chile se ha desarrollado con gran lentitud, durante los últimos 5 años ha comenzado a crecer progresivamente con el fin de mejorar los diagnósticos y tratamientos para los hombres, ya que se trata de una subespecialidad dentro de la urología, que se dedica a la salud sexual y reproductiva masculina.

En otras palabras, el andrólogo se encarga esencialmente de dos problemas en los pacientes: la infertilidad y disfunciones sexuales.

Respecto a los problemas de fertilidad, el andrólogo se preocupa de buscar dentro de las múltiples causas que la desencadenan, para así ofrecer el tratamiento más adecuado para cada paciente.

Según el doctor Enrique Bley, urólogo-andrólogo de Clínica Dávila, “hay muchos factores de riesgo, prácticamente todos tenemos algunos, y la idea es que cuando el paciente esté teniendo problemas para tener hijos, venga para que podamos buscar todos esos factores de riesgo y corregir todos los que podamos”.

Como en cada patología, existen factores de riesgo que no se pueden corregir, ya sea porque tienen relación con la genética del paciente o con enfermedades crónicas del mismo. Sin embargo, no hay que alarmarse, ya que existen una serie de tratamientos a seguir para intentar revertir la situación.

Por otro lado, se entiende por disfunciones sexuales, todos aquellos problemas que tienen relación con la erección del paciente, su orgasmo y eyaculación retardada o precoz. Al respecto, el doctor Bley explica que el indicador de consulta de cada hombre es la satisfacción.

“Si yo no lo estoy pasando bien o noto que mi pareja no lo está pasando bien y eso por supuesto me hace sufrir y me parece que el factor soy yo, eso es disfuncional, y en la gran mayoría de los casos podemos ayudar a esos pacientes”, destaca el especialista.