La obesidad y el sobrepeso en los niños es una situación que lamentablemente se repite en muchos hogares del país. Para enfrentar este problema de manera adecuada, la nutricionista infantil de Clínica Dávila, Consuelo Muñoz, señala que cuando se trata de niños pequeños, la recomendación es que estos menores no realicen “una dieta para bajar de peso”, como equivocadamente creen muchas veces los padres.

“En niños pequeños la recomendación es intentar reeducar el patrón de alimentación a uno equilibrado y saludable, no establecer dietas restrictivas”, dice la especialista.

¿Qué es un patrón de alimentos equilibrado y saludable?

“Se trata de enseñar al niño una rutina alimentaria definida donde se establezcan entre 3 y 4 tiempos de comidas con 1 o 2 colaciones. Así, el niño tiene desayuno, colación, almuerzo, once y comida, en base a frutas, verduras, carnes de bajo contenido graso, pescado, huevo, legumbres, frutos secos y granos idealmente enteros”. Estos alimentos deben ser preparados evitando frituras con aceite, mantequilla, exceso de crema, queso, leche entera y agregados de pan o harinas en estas preparaciones. Lo ideal es consumir la menor cantidad de alimentos procesados posible y privilegiar los naturales.

La nutricionista enfatiza que comer sano no es sinónimo de “matarse de hambre”, como muchas personas señalan, sino que “es comer evitando sentir hambre, ya que muchas veces es esta sensación la que lleva al descontrol o ansiedad”, indica.

Tampoco recomienda prohibir alimentos. “Personalmente, no me gusta hablar de alimentos prohibidos para los niños. La comida chatarra y procesada está totalmente inserta en nuestra sociedad y es para muchas personas una muestra de cariño y hospitalidad porque nuestra cultura gira en torno de la mesa. Claramente este tipo de productos son los que hay que evitar, pero yo intento educar a los pacientes explicándoles que más que prohibir es importante reducir su consumo para ocasiones especiales. Ojalá comerlos sin culpa, disfrutándolos en el momento (de forma moderada) y a la comida siguiente volver al patrón de alimentación que se está incorporando”, señala la especialista.

¿Cuánto debiera comer un niño?

Eso va a depender del sexo, la edad del menor, el nivel de actividad física o deporte que realice, porcentaje de grasa y músculo que tenga, si hay o no alguna otra enfermedad presente, entre muchos otros factores.

Siempre es mejor consultar con un especialista para que, caso a caso, oriente al menor y a su familia sobre el patrón de alimentación que necesita.